Los nuevos cuidados sociales en Euskadi tienen dos grandes desafíos: la desfeminización y desfamilización
Políticas Sociales presentó en Donostia-San Sebastián el nuevo modelo de atención que desplegará la comunidad en los próximos años y que buscará desplegar una 'agenda innovadora', según subrayó el diputado Markel Olano

Los nuevos cuidados sociales en Euskadi tienen dos retos: la desfeminización y desfamilización. El departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales presentó, la semana pasada, en Donostia-San Sebastián, las bases del nuevo modelo hacia el que ya transita la comunidad. Un modelo que, como señaló la consejera Beatriz Artolazabal, pasa por “ir todas y todos a una y organizarlos socialmente bajo el liderazgo del sector público”.
Los desafíos más inmediatos, destacó Artolazabal, son esa desfeminización y desfamilización del cuidado: “El contexto social que afrontamos y la igualdad de oportunidades reclaman que organicemos socialmente los cuidados. Que los visibilicemos, los valoremos y los repartamos de otro modo, entre mujeres y hombres, y también, entre las familias, la iniciativa social, las empresas y las administraciones públicas”.
Son varias las iniciativas que las instituciones ya han puesto en marcha en Euskadi. La viceconsejera de Asuntos Sociales, Lide Amilibia, y la diputada de Política Social de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Maite Peña, explicaron una buena parte de los proyectos más inmediatos sobre los que se asienta la transición al nuevo modelo, como los proyectos del Gobierno Vasco ‘Altxor 7.0’, ‘Helduak Zabaltzen’, ‘Bizitza Betea’ o la creación de una app y un teléfono para atender a personas cuidadoras en Euskadi.
La jornada contó con la apertura institucional del diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, quien manifestó que “garantizar la protección y los cuidados de todas las personas” es y será una de los desafíos “fundamentales” que afronta la sociedad. Se trata de un reto en el que las instituciones, según indicó Olano, llevan “tiempo trabajando”, por lo que abogó por “acelerar” la transformación hacia unos cuidados sociales que ahonden en cuatro principios: “La personalización, la conexión con la comunidad, la innovación y la colaboración deben guiarnos en las políticas sociales dirigidas a los cuidados de las personas más vulnerables”.
En este sentido, Olano apuesta por desplegar una “agenda innovadora” y hacerlo “desde la colaboración con todos los sectores” implicados, tal y como plantea Gipuzkoa y Euskadi en su conjunto. Como muestra de ese dinamismo, el diputado general de Gipuzkoa puso como ejemplo los ‘Ecosistemas Locales de Cuidados’, impulsados en diversos municipios del territorio, así como la adaptación de las residencias de mayores hacia unidades de convivencia más reducidos, la transformación de atención domiciliaria a las personas mayores y dependientes o la mejora de la atención integrada para las mujeres víctimas de la violencia machista.
COLOQUIO
Tras estas palabras del diputado, tuvo lugar un coloquio abierto entre la consejera Artolazabal, y la profesora de investigación ad honorem del CSIC, María Ángeles Durán, en torno al estado del bienestar y al cuidado que necesitamos. Ambas coincidieron en que el nuevo modelo por el que apuesta Euskadi, y que supone la coordinación de los cuatros sectores bajo el liderazgo de las Administraciones públicas vascas, “es el más factible y el que mejor se adapta a la realidad vasca para dar respuesta a sus necesidades y avanzar en el estado del bienestar”. Asimismo, advirtieron que “cambios tan ambiciosos como los que conlleva este nuevo modelo requieren de políticas a medio y largo plazo. Los resultados no se ven de manera inmediata”.
La consejera subrayo que “somos las personas quienes cuidamos a las personas. Es una idea básica, pero imprescindible. Pero también conformamos sociedades e instituciones responsables de organizar los cuidados. Instituciones sociales como la institución familiar que, en su evolución y diversidad, siempre ha ofrecido cuidados. E instituciones públicas que consolidamos derechos y desplegamos sistemas de cuidados sociales, sanitarios o educativos orientados al bien común”.
Por su parte, el asesor de Políticas Sociales, Rafael Lopez-Arostegui, detalló desde el punto de vista técnico cuáles son las características principales del modelo, definiendo antes los cuidados sociales como “apoyos relacionales, de personas a personas, orientados a facilitar la integración social con la máxima autonomía posible”.
El nuevo modelo tiene como objetivos las denominadas ‘cuatro erres’: reducir la proporción que representa el cuidado familiar al reforzar el cuidado institucional; redistribuir los cuidados, aumentado la responsabilidad de los hombres en el cuidado familiar y en el cuidado en general; reconocer, valorar y dignificar el trabajo de cuidados; y representar y dar voz a quienes realizan este trabajo. “El nuevo modelo de cuidados a lo largo de la vida se desplegará progresivamente y vendrá de la suma de impulsar la responsabilidad pública, apoyar a las familias y comunidades, promover la solidaridad organizada y regular la actividad económica en los cuidados sociales”, señaló Lopez-Arostegui.
De esta manera, añadió el asesor, “todos los agentes trabajaremos de forma coordinada a lo largo del ciclo vital de las personas, para mejorar los apoyos relacionales para la integración social con autonomía que necesitamos en la infancia o la adolescencia (prevención, protección y promoción de los derechos), cuando somos mayores en situación de dependencia y en los momentos de tránsito, ya sea en la juventud (emancipación y tránsito a la vida adulta) o alcanzada la edad de jubilación (promoción de la autonomía, el talento y la participación social y prevención de la dependencia)”.