La Diputación Foral de Álava ha abierto, hoy, el proceso colaborativo para definir la futura ‘Agenda de Cuidados para el Territorio Histórico de Álava’. Se trata de uno de los objetivos del ‘Plan de Legislatura del Departamento de Políticas Sociales’, que pretende elaborar un conjunto de recomendaciones consensuadas para atender los desafíos de las políticas sociales y de los cuidados alaveses.

El diputado general de Álava, Ramiro González, y el diputado foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, han dado, esta mañana, la bienvenida a las personas expertas que han participado en la sesión de trabajo inicial para la elaboración de la agenda de cuidados.

En esta primera fase, se han constituido dos grupos de personas expertas: uno para cuidados en el ámbito residencial y otro en el ámbito comunitario. Más adelante, en una segunda fase, se abrirá el proceso al contraste y recogida de aportaciones a diversos grupos de interés. Al frente de los trabajos de organización y dinamización, se cuenta desde el pasado mes de mayo con la asesoría técnica de la consultora Areté Activa.

Para cumplir con los objeivos marcados, se seguirá un modelo de gobernanza colaborativa y con un proceso deliberativo en el que participarán entidades representativas de personas usuarias, profesionales, el tercer sector social de Euskadi (TSSE), las universidades, las empresas, las instituciones y el resto de sectores vinculados a los cuidados.

REFLEXIONAR EN LOS CUIDADOS

Con este proceso, la diputación alavesa promoverá la reflexión en torno a los cuidados, “sabiendo que los desafíos son complejos, multidimensionales e interdependientes, y por tanto requieren soluciones de la misma naturaleza”, han señalado en un comunicado desde la institución foral.

La propuesta de trabajo tendrá en cuenta el decálogo de principios del Departamento de Políticas Sociales para impulsar el nuevo modelo de cuidados, que pasa por una atención centrada en las personas y las relaciones –Gizarea–, con mayor presencia institucional y mayor equilibrio desde una perspectiva de género, que pone énfasis en la atención domiciliaria y comunitaria, en el que el cuidado es concebido como un continuo a lo largo de la vida, que sigue desplegando la red de recursos residenciales y que procura cuidados de larga duración de buena calidad, accesibles y asequibles.

El decálogo de principios se completa con la mejora de las condiciones laborales y la formación y capacitación de las personas cuidadoras profesionales, el establecimiento de medidas de apoyo a las personas cuidadoras no profesionales, la aplicación de la innovación social y la evaluación, y la apuesta por la gobernanza colaborativa.