domingo, 16 marzo 2025
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Ángel Toña / Consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco

‘Creo que en Euskadi existe una progresiva concienciación acerca de las ventajas que supone el envejecimiento activo’

El consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, Ángel Toña, habla de la puesta en marcha de la nueva Estrategia Vasca de Envejecimiento Activo para el periodo 2015-2020
Pregunta.- Ha presentado recientemente la Estrategia de Envejecimiento Activo 2015-2020 que tiene como objetivo principal conseguir un envejecimiento activo, positivo, saludable e integrado en el desarrollo del territorio. ¿Qué otros objetivos (menos principales pero no por ello menos importantes) se persiguen con esta estrategia?

Respuesta.-La Estrategia Vasca de Envejecimiento Activo 2015-2020 se estructura en tres grandes áreas, cada una de ellas con su correspondiente objetivo general, que se despliega en 12 objetivos operativos y un amplio conjunto de acciones.
Algunos objetivos reseñables tienen que ver con la promoción de un cambio social y organizativo en Euskadi que genere un modelo de gobernanza acorde con la estructura de su población, y el papel de las personas que envejecen en ella, tanto en el ámbito de las políticas públicas como en el de la privacidad.
Otro de los objetivos es la búsqueda de la autonomía e independencia de las personas que envejecen, a través de la implantación de políticas preventivas transversales que faciliten la toma de decisiones sobre su proyecto de vida. El objetivo perseguido es que las personas mayores puedan tener una vida saludable, activa y, en la medida de lo posible, independiente y confortable.
Y por último, la generalización del paradigma ‘amigabilidad’ en Euskadi, garantizando el protagonismo y la participación de las personas que envejecen en este proceso.

P.-Euskadi tiene un Índice de Envejecimiento Activo por encima de la media europea y del Estado español. ¿Puede concretarnos algunos aspectos en los que destaca?

R.-El Índice de Envejecimiento Activo (Active Ageing Index, AAI) es una herramienta que contempla cuatro dimensiones en la medición del envejecimiento activo: empleo, participación, independencia y capacidades.
En efecto, Euskadi ocupa el séptimo puesto del ranking en comparación con los 28 países de la UE analizados, con una puntuación de 36,6, que es superior a la puntuación media europea (34,05) y muy por encima de la que obtiene el Estado español (32,8). El resultado obtenido posiciona a Euskadi en un muy buen lugar, por delante de países como Alemania, Austria o Francia, que gozan de elevados grados de bienestar y protección social.
Fundamentalmente, destacamos en tres indicadores: participación social, vida independiente y capacidad. Es en esto último donde mayor puntuación obtenemos, ocupando un segundo lugar únicamente por detrás de Suecia. Bajo ese paraguas de la ‘capacidad’ se miden cuestiones como la esperanza de vida, esperanza de vida libre de discapacidad, salud mental, uso de las TIC, conectividad social y nivel de instrucción.

P.-El desarrollo de esta Estrategia viene motivado por el progresivo envejecimiento demográfico. En muchas ocasiones este aumento del porcentaje de personas mayores es apreciado como algo negativo. ¿Cuál es su punto de vista en este sentido? ¿Lo ve como un mal irremediable o como un síntoma del progreso de las sociedades desarrolladas?

R.-Debemos esforzarnos en contrarrestar los estereotipos negativos hacia la vejez –el denominado edadismo–. Vivir muchos años es un claro indicador de éxito de una sociedad que ha realizado un importante esfuerzo para poner a disposición de su ciudadanía los medios que hacen posible vivir más y mejor; medios como un sistema sólido de protección social –que garantiza el acceso universal a los servicios de salud, a la educación, a la atención a las situaciones de discapacidad y dependencia– y una apuesta clara por la innovación y la generación de conocimiento, para identificar las claves del buen envejecer.

P.-Durante la presentación de la Estrategia hizo hincapié en el peso de las personas mayores en las familias, especialmente durante los años de crisis. ¿Se valora suficientemente el papel de los mayores en la sociedad?

R.-Quizás ese papel no se ha venido valorando en su justa medida por desconocimiento de su magnitud real, pero creo que la difusión mediática que estamos haciendo de los resultados del Estudio de condiciones de vida de las personas de 55 y más años en Euskadi está ayudando a que se comience a valorar el papel fundamental de las personas mayores en el seno familiar y para el conjunto de la sociedad. En dicho estudio se pone de manifiesto que las personas de 55 y más años participan activamente en la estructura de muchas familias vascas, en lo económico y en su aportación al día a día, donde su labor, al cuidado de hijos e hijas, nietos y nietas, personas más mayores o personas dependientes, resulta imprescindible.
Desde el Gobierno Vasco nos esforzamos en difundir información sobre el impacto socioeconómico de los cuidados y apoyos que actualmente ofrecen las personas mayores en el ámbito familiar, y que han proporcionado en estos últimos años sacudidos por la crisis, y en valorar la transferencia de cuidados y apoyos prestada por las personas mayores en ese ámbito, fomentando la corresponsabilidad. La ayuda que dispensan es muy superior a la que reciben. Esto es algo contrastado en nuestro estudio: un 54,8% de las personas de 55 y más años presta algún tipo de cuidado informal (cuidado de hijos e hijas, nietos y nietas, de una persona mayor o persona con discapacidad) mientras que solo un 7,7% de ellas recibe ayuda por motivos de salud.

P.-Para conseguir que esta estrategia siga funcionando, y se pueda seguir desarrollando, es fundamental la coordinación entre todas las administraciones y las entidades sociales. ¿Existe en Euskadi una clara concienciación sobre las ventajas de un envejecimiento activo para el conjunto de los vascos?

R.-De un lado, estamos seguros de que la coordinación interinstitucional y de las instituciones con las entidades sociales va a funcionar para conseguir el desarrollo adecuado de la estrategia, con la debida transversalidad en las actuaciones que se lleven a cabo entre diferentes ámbitos, sistemas y áreas; de otro, la sociedad vasca en su conjunto debe asumir un cambio en profundidad de su estructura, su diseño y sus políticas públicas, para dar la respuesta adecuada a esta nueva realidad poblacional, compartida con los países desarrollados.
Creo que en Euskadi existe una progresiva concienciación acerca de las ventajas que supone el envejecimiento activo, un paradigma nuevo que va calando en la sociedad vasca.
En todo caso, debemos tener claro que el envejecimiento activo no es solo “hacer” cosas (hacer actividad física, tomar parte en actividades sociales y culturales organizadas, etcétera), sino tener un proyecto de vida propio.

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