La Diputación Foral de Bizkaia abre la convocatoria de ayudas dirigidas a asociaciones de personas con discapacidad y mayores
En el pasado ejercicio un total de 178 asociaciones percibieron subvenciones para promover la realización de más de un millar de actividades o programas en el propio entorno de las personas mayores. Se trata de iniciativas encaminadas a impulsar el envejecimiento activo y a la permanencia en su entorno habitual que permitan alcanzar el objetivo de facilitar y promover las relaciones interpersonales entre quienes integran la base social de las asociaciones, evitando así el aislamiento y la soledad, proporcionando paralelamente un ocio activo que favorezca la salud, proporcione dignidad y predisponga al envejecimiento activo, especialmente mediante la participación social, activa y solidaria.
Y todo ello, a través de programas de ocupacionales (talleres de manualidades, cursos formativos, seminarios…), programas culturales (mediante adquisición de libros para las bibliotecas, charlas, conferencias o sesiones de teatro y coros), programas recreativos (excursiones o campeonatos) y programas deportivos y de promoción de la salud (como estimulación y mantenimiento físico mediante clases de gimnasia o yoga). Asimismo, se subvencionan programas sociales, de promoción de la participación social y de promoción de la igualdad de oportunidades.
El importe de la subvención dependerá de la valoración obtenida por los proyectos presentados. El límite de la subvención por asociación es de 4.000 euros.
SUBVENCIONES PARA DISCAPACIDAD
Asimismo, los beneficiarios de esta línea de subvenciones serán el tejido asociativo de las personas y familias con discapacidad y su ámbito de actuación será el Territorio Histórico de Bizkaia. La cuantía de la convocatoria es de 1.024.000 euros, y pretende empoderar a las personas con discapacidad. El plazo de presentación de solicitudes finaliza el 14 de febrero. Esta convocatoria forma parte de la cuantía económica que el Departamento foral de Acción Social dedicará este año al ámbito de la discapacidad y que supera, en su conjunto, los 66,7 millones de euros.
De este modo, como señaló la diputada de Acción Social, Isabel Sánchez Robles, "buscamos empoderar a las personas con discapacidad para que sean lo que quieren ser y vivan como quieren vivir". Sánchez Robles añadió que "así se explicifita el compromiso foral de hacer de Bizkaia un territorio comprometido con las personas con discapacidad y con el ánimo de seguir siendo un referente en ámbitos esenciales de soporte para la autonomía, la vida independiente, la participación y la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias. Son ellas mismas quienes nos guían en la transformación del Territorio".
Esta línea de subvenciones tendrá por objeto la realización de acciones dedicadas a la atención e integración de las personas con discapacidad, mediante: Programa de actividad asociativa: apoyo a las actividades dirigidas al mantenimiento de las estructuras básicas fundamentales para que las entidades desarrollen los programas de actuación. También, Ocio y tiempo libre: facilitar el disfrute del ocio de estas personas afectadas por algún tipo de discapacidad. Además, Sensibilización y divulgación: para informar y sensibilizar a la sociedad sobre las implicaciones sociales, afectivas y familiares que conllevan las situaciones de discapacidad para conseguir su normalización. Intervención y apoyo especializado: acciones dirigidas por profesionales para potenciar el desarrollo de las personas discapacitadas, de manera individual o colectiva. Tutela institucionalizada: apoyar a las personas afectadas por algún tipo de discapacidad, que están tuteladas judicialmente por la entidad que solicita la subvención. Y la Promoción cultural: con el objetivo de fomentar la promoción humana y cultural de las personas con algún tipo de discapacidad a través de su formación específica no reglada.
Mediante estas convocatorias, la Diputación Foral de Bizkaia impulsa la responsabilidad pública en el refuerzo, apoyo y fortalecimiento de las redes de confianza, la vida familiar y comunitaria, no tanto para sustituirlas como para complementarlas, y así generar sinergias entre derechos sociales garantizados por las administraciones públicas y responsabilidades sociales ejercidas por la ciudadanía.