Circuito de obstáculos para que los mayores no se caigan al caminar por las calles de Bilbao
El objetivo del taller es entrenar y preparar a las personas mayores para que aprendan a sentirse más seguros ante los imprevistos y dificultades que encuentran en su camino con el fin de prevenir y evitar caídas. Las caídas son la forma más frecuente de accidente en las personas mayores.
Gracias a esta iniciativa los usuarios del taller pasan por una serie de pruebas y ejercicios que mejoran su estabilidad, movilidad, coordinación, fuerza, reflejos, resistencia y capacidad visual para reconocer un escenario con obstáculos. Los obstáculos que han de superar son, entre otros, aros y picas con los que aprenden a dar una zancada larga, a superar escalones a diferentes alturas o a saber circular con autonomía.
El ejercicio empieza con un calentamiento de las articulaciones (piernas, rodillas, tobillos y brazos) y acto seguido comienza el taller. María López, rehabilitadora de la residencia Kirikiño, explica que el taller trata de entrenar a los mayores para “hacer frente y superar cualquier obstáculo que se puedan encontraren su camino. Al principio, cuando les pregunté sobre cuál es su mayor temor en la calle, me decían que a lo que más miedo tenían era a los bordillos”.
“No solo los mayores del centro de día salen a la calle, ya que algunos de nuestros mayores -aquellos que no tienen un alto grado de dependencia-también hacen vida por el barrio y se mueven por las calles”. “Es muy importante que los mayores no se caigan porque una caída reduce la movilidad de la persona y afecta a la calidad de vida, provocando un aumento de la dependencia y necesidad de ayuda incluso para las actividades básicas de la vida diaria. Asimismo, en muchas ocasiones dan lugar a fracturas, requiriendo ingreso hospitalario para su curación o provoca que las personas mayores tengan que ser intervenidas quirúrgicamente con los riesgos que esto conlleva”, subraya la experta. “También les afecta emocionalmente, el temor a una nueva caída provoca pérdida de autoestima, desconfianza y desmotivación a la hora de salir a la calle”.
Asimismo, la especialista explica que las personas mayores tienen malas costumbres cuando caminan por la calle como cruzar los brazos , poner las manos detrás de la espalda o meter las manos en los bolsillos. Les enseñamos a que adopten unos hábitos buenos y seguros”.
“No se trata de una gimnasia grupal, sino una gimnasia para evitar caídas. Se nos ocurrió ponerla en marcha a raíz de que una usuaria del centro de día nos transmitió su miedo a salir a la calle tras sufrir una caída. Nuestros mayores destacan que les parece una buena idea y están muy contentos con la iniciativa porque saben que les ayuda, a la vez que les divierte y les mantiene activos”, concluye.