AFA Bizkaia emplea la lectura como herramienta para la estimulación cognitiva
Lectura Fácil surge de la sensibilización hacia un público a menudo desatendido, como son las personas con dificultades de lectura o de comprensión lectora. Se trata de un colectivo amplio que puede alcanzar al 30% de la población, que necesitan de materiales específicos para poder disfrutar de la lectura, tener acceso a la cultura y derecho a la información. Son muchas las personas que sufren problemas de comprensión lectora, como por ejemplo: inmigrantes que desconocen el idioma, deficiencia en la escolarización, dislexia, personas con alguna discapacidad intelectual, etcétera. También los mayores se encuentran, a menudo, con ciertas barreras para acceder a la lectura pues sus funciones cognitivas se van deteriorando con los años, y el cerebro se ralentiza, tal y como explican desde AFA Bizkaia.
Iraia García e Izaskun Ateca son las encargadas de desarrollar el Club de Lectura Fácil en esta asociación, una iniciativa de la que, desde un primer momento, reconocieron sus objetivos. “A la presidenta le pareció que era algo bonito que podíamos ponerla en práctica. Nos reunimos con los responsables a nivel autonómico de Lectura Fácil y nos enseñaron los objetivos y bases del proyecto. Nosotros decidimos incorporarlo a nuestra asociación pero, eso sí, adaptándolo a nuestro colectivo”, señala Izaskun Ateca, psicóloga de esta entidad.
Metodología y beneficios
“El principal problema al que se enfrenta nuestro colectivo es la pérdida de memoria. Es decir, no estamos ante personas que no sepan leer o que no estén alfabetizadas, sino que se trata de personas que ven cómo determinadas funciones cognitivas se empiezan a deteriorar y, entre ellas, además de la memoria, también afecta a la capacidad de leer”, comenta Izaskun Ateca.
Al importar esta iniciata al caso concreto de los mayores, no se trata tanto de que mejoren la lectura sino que, con un formato adaptado a ellos –basado en frases cortas y lenguaje sencillo–, puedan seguir disfrutando de una actividad que les empieza a resultar complicada. “Se trata, fundamentalmente, de pasar un buen rato. No me importa tanto que lean bien, no les exigimos nada, pero sí que, por ejemplo, a raíz de eso que estamos leyendo ellos conecten con una historia suya, que hablen de una anécdota, etcétera. La clave final no es hacerlo bien, sino intentarlo”, comenta la psicóloga de AFA Bizkaia.
En talleres de una hora, dos veces a la semana, desde esta asociación se trabajan distintos textos: “Contamos con la ayuda de una pizarra interactiva y material didáctico, sobre todo basado en imágenes. La idea es que intenten recordar, con este material, lo que hemos leído en la sesión anterior para poder continuar la lectura donde la dejamos. Ya que tenemos ese problema de memoria, nosotros empleamos este Club de Lectura como una herramienta más de estimulación cognitiva. Para nosotros es una actividad más dentro del tratamiento no farmacológico que hacemos con estas personas con demencia”, expone Izaskun Ateca.
En cuanto a los beneficios que reporta esta actividad, la psicóloga del centro destaca la satisfacción personal de los participantes. “Creo que el baremo más importante para medir cualquier cosa es la satisfacción con la que alguien realiza algo. Para ellos, el sentirse incluidos en una actividad les ayuda y les motiva. No hay que olvidar que, en ocasiones, estamos ante personas que son conscientes de lo que les pasa y los miedos e inseguridades les limitan. Esta actividad repercute positivamente en su autoestima, en que se sienten satisfechos y válidos”, valora la psicóloga.
El compromiso de AFA Bizkaia
En el Centro Jabetuz de promoción de la autonomía personal se desarrollan distinas iniciativas adaptadas a las necesidades de los usuarios del centro y sus cuidadores.
En el caso de las personas que están en una fase inicial de la enfermedad, por ejemplo, desde esta asociación desarrollan un taller de tres horas –o en turno de mañana o de tarde–, los cinco días de la semana. “Allí trabajamos distintas actividades, bien sea terapia ocupacional, sesiones de psicomotricidad, memoria, lenguaje… dirigidas a la estimulación cognitiva global”, comenta Ateca. “También para personas en fase inicial de la enfermedad ponemos en marcha un taller de dos horas en el que trabajamos terapias sensoriales, es decir, estimulación cognitiva a través de los sentidos”, añade.
Uno de los recursos más destacados de esta entidad es la puesta en marcha de terapias de estimulación cognitiva personalizadas: “Se trata de una hora a la semana y está pensado, especialmente, para un perfil de personas más jóvenes, es decir, personas que todavía están muy bien, conscientes de su situación y que incluso han podido tener que dejar de trabajar por ello. No es el mismo perfil que el de un mayor de 70 u 80 años. Con estas personas más jóvenes nos centramos, también, en el aspecto emocional y psicológico como, por ejemplo, cómo afrontar la enfermedad, cómo lo viven las parejas…”, comenta Izaskun Ateca.
Asimismo, se ofrecen grupos de apoyo que se reúnen una vez al mes que ayuda a que los cuidadores principales o familiares se descarguen y donde se puedan informar sobre los distintos recursos.
Por último, desde AFA Bizkaia ofrecen –en colaboración con la Diputación Foral– el programa de “convivencias vacacionales”.