Cofundadora y CEO de Gran3dad
Carol Mitjana: “Hay que abrir las puertas y que las residencias sean lugares de vida”

PREGUNTA.- Previo al proyecto Gran3dad y IFEELelMétodo, usted viene de toda una vida en las residencias, primero, literalmente viviendo en la que dirigían sus padres y, después, como directora de un par de residencias (antes en Badalona y ahora en Lleida). ¿El punto de inflexión para realizar esta transformación de los cuidados fue la pandemia de la Covid-19?
RESPUESTA.- Visto en perspectiva, creo que la pandemia nos hizo ver que el cambio había empezado mucho antes. En una gran crisis hay una gran oportunidad, pero todo fue resultado del trabajo, del sentimiento, de la implicación y de esa inconformidad e incomodidad de que no todo nos valía.
También fue ahí cuando nos dimos cuenta de que teníamos un equipo muy comprometido. Fuimos el primer centro que, tal como brotó la Covid-19, decidió quedarse dentro de la residencia y eso es un acto de voluntad y de humanidad, porque no puedes pedir a un equipo que se quede dentro. Esto también nos hizo ver que había un trabajo previo, había unas inquietudes y una manera de vivir el día a día en la residencia que ya marcaba una diferencia. La Covid hizo que saliera a la luz. Nos replanteamos todas esas cosas que nos incomodaban, todo aquello que creíamos que era importante… fue el impulso.
P.- De alguna manera, os adelantasteis al que luego fue el plan del Gobierno: ordenar y organizar las residencias por unidades de convivencia.
R.- Más bien, yo creo que fue un camino. Antes de que se cerrasen las residencias, yo decidí quedarme dentro para dar ese apoyo, porque habíamos ya tomado unas decisiones previas, que era juntar las jornadas en días consecutivos. Al quedarme yo, el equipo, que también tenía un gran compromiso, decidió quedarse (la mitad de la plantilla).
¿Qué pasó después? Que pasamos el peor momento de la crisis de la Covid en un microclima. Por suerte, no vivimos lo que vivieron otros muchos centros. De hecho, estábamos en una burbuja donde todo continuaba con normalidad. Esto fue lo que nos permitió tener tiempo de calidad para reorganizarnos.
Entonces, lo que hicimos con todo el equipo que estaba dentro y el que estaba fuera fue organizarnos y, cuando empezaron a salir las primeras contingencias, creamos una nueva figura: un agente Covid, que se movía con los equipos de los centros que estábamos conectados y nos simplificaba todas las acciones de una forma más estructurada, más próxima. Las contingencias llevaron a los grupos a adoptar una burbuja y dividir los centros para que, si venía la Covid-19, no se propagara.
Al dividir el centro, pensamos en organizamos también de una forma diferente. Nos dimos cuenta de que podíamos prestar una atención de mayor calidad, porque conocíamos mucho más a la persona y porque podíamos ofrecer herramientas facilitadoras para fomentar su autodeterminación.
P.- Definís Gran3dad como “un agente de cambio de los modelos de cuidados”, y contáis con el mencionado método, que además habéis testado en el Centre Geriátric Lleida. Para entender un poco mejor el proyecto, primero, ¿cuál es el cometido de Gran3dad?
R.- Gran3dad nació porque vimos que había cuestiones que nos incomodaban, y todas esas cosas que nos incomodaban, durante mucho tiempo, fueron objeto de crítica constante en el sector residencial. Antes de la Covid-19, trabajábamos al ritmo que lleva la sociedad: rápido, sobrecuidando, protocolizando… era un poco el camino que estaba llevando nuestro sector.
Sin embargo, cuando paramos y empezamos a convivir con las personas residentes, fueron estas las que también comenzaron a cuidarnos a nosotros, a cuidar del equipo que se quedó dentro. Así, las personas usuarias empezaron a responsabilizarse de algunas tareas, sobre todo para ayudarnos al equipo que nos quedamos a vivir.
Cuando sucede esto, y surge esta autodeterminación, aparte de aportar algo impagable como profesional, nos damos cuenta de que, además, cambia el paradigma porque ya no hay tantas dolencias entre los residentes, por poner un ejemplo, es como si volviera a brotar la vida en el centro. De pronto, tenían tareas que quizá con el modelo tradicional, con el que cuidábamos y sobrecuidábamos, a veces no dejamos que tuvieran.
En Gran3dad nos planteamos tres grandes retos, que están relacionados con los equipos humanos, los espacios y, también, con cómo nos ve la sociedad y la comunidad. ¿Por qué tenemos una crisis de recursos humanos? ¿Por qué los equipos humanos no se sienten parte de la compañía? ¿Por qué los profesionales dejan de tener interés en trabajar en nuestro sector? Evidentemente, el tema económico es muy importante, pero también lo es sentirse identificado, orgulloso de trabajar como auxiliar de geriatría, así como la importancia del espacio, el tener objetivos…
Todos tenemos en mente cómo son los espacios de una residencia tradicional. Si le preguntas a alguien de fuera del sector que te describa una residencia estándar, al final, hay como una imagen predeterminada, muy institucionalizada, y que nos ha costado mucho que evolucione.
Con la crisis, empezamos a dar diferentes soluciones y a trabajar de dentro para afuera, dando herramientas a los equipos humanos para ser más eficientes, para poder trabajar con objetivos, para poder acompañar a las personas de gran edad, a las personas que viven en las residencias y acompañarlos para que sigan su ciclo vital. Para ello, necesitamos espacios que nos permitan vivir, que nos permitan trabajar, que nos permitan cumplir todos los objetivos. Y cuando tú realmente consigues un equipo que reconoce una compañía como un lifestyle, que concuerde con sus valores y aproveche el espacio, esto se refleja en la sociedad y en la comunidad. Porque, al final, hacer las cosas diferente, tener unas KPI –Key Performance Indicators, que son indicadores clave de rendimiento–, unos resultados constantes y abrir ventanas a las universidades, a las escuelas, con espacios híbridos entre comunidad y centro, hace que las residencias sean lugares de vida.

P.- ¿Qué cuestiones tenéis en cuenta en Gran3dad a la hora de replantear esos nuevos espacios?
R.- Lo primero que hacemos en Gran3dad es observar la sociedad. Por supuesto, tienes que pensar en cómo son los nuevos usuarios, cómo es este nuevo target, de qué manera vive o se mueve, qué necesidades tiene y qué es lo que espera del sector; pero también mirar a la sociedad y a tu equipo humano, para saber qué es lo que necesitan, porque tienes que alinearlos.
Lo que no puede ser es que un servicio que es para la sociedad, para la comunidad, no esté pensado para ella. Una vez entendemos esto, entendemos también que habrá muchos tipos de servicios diferentes.
Fíjate, durante la Covid, empezamos a hacer reformas en las casas. ¿Qué pasaba? Antes no vivíamos en las casas, hacíamos la vida fuera. Sin embargo, cuando nos tuvimos que quedar en casa, era gracioso ver cómo todo el mundo reformaba su piso, cambiaba la luz y los espacios. Nos sorprendió esta nueva situación de la Covid-19 y empezamos a hacer casas en las que nos sintiéramos más cómodos, más identificados. En el caso de las residencias sucedió algo parecido. Los centros eran construcciones muy institucionalizadas y empezamos a hacer residencias más hogareñas, en las que, por ejemplo, la luz natural es importante. Tuvimos que pasar por una crisis como la Covid-19 para ser conscientes de que, quizá, era importante trabajar los espacios.
No obstante, el gran cambio fue mirar el espacio con la mirada de la persona. No tanto pensando en la atención centrada en la persona y en que esté mejor atendida, sino en todas esas capacidades que la persona de gran edad puede seguir haciendo en el servicio que ha escogido, con la idea de potenciar sus capacidades o dar solución a esas necesidades. Es decir, son espacios pensados para que continúen haciendo las cosas que hacían en su domicilio. Por ejemplo, pensemos en una persona de 80 años que se cae y se rompe la cadera durante la noche; que vive sola, no conoce a los vecinos, va al hospital, la operan, se desorienta y empieza a tener algunas nuevas necesidades. Cuando llega, lo que hacemos es atender estas necesidades de la mejor manera posible y, al mirar cómo ha vivido o lo que hacía en su domicilio, vamos dando herramientas para que, en la medida de lo posible, continúe haciendo esas mismas cosas que ya hacía. Para que se pueda levantar, se pueda hacer un café, si es que lo hacía en su casa, y pueda salir y hacer por sí sola todas esas cosas, y no, que desde el primer momento la estemos sobreasistiendo.
Nosotros, como entidad, tenemos que dar esas herramientas a los profesionales para que puedan trabajar de forma horizontal, ser capaces de medir esas KPI y esas acciones que fomentan la autodeterminación. Dicho así, parece muy fácil, pero es muy complicado porque somos un sector que nunca ha medido estos aspectos y nunca ha utilizado estos datos para mejorar constantemente. Tenemos que reaprenderlo.
P.- Háblame un poco más de IFEELelMétodo, vuestra metodología en Gran3dad. ¿En qué consiste?
R.- IFEELelMétodo es una reorganización que prioriza unos conceptos clave. Por ejemplo, lo primero es definir la propia compañía. ¿Por qué? Porque es una empresa que presta un servicio y necesita un equipo humano muy vinculado y alineado a la compañía.
La sociedad cada vez es más demandante y quiere cosas diferentes, por lo que tienen que existir compañías diferentes, es una evolución constante. Dentro de la gran edad hay diferentes momentos vitales y creo que el sector debe dar respuesta a cada uno de ellos. Entonces, la compañía necesita reconocerse, identificarse y potenciar todas esas cosas en las que brillan, en las que son diferenciales. No podemos pretender ser todos iguales.
Si en vez de protocolizar, trabajamos por objetivos, alineándonos de forma horizontal y creando esta identificación con la compañía, entonces solventaremos también muchos problemas y retos del sector relacionados con la gestión de equipos humanos, como la gran rotación, el absentismo y todas esas cuestiones que hacen daño al sector y entorpecen su evolución.
Es importante trabajar con proyectos reales, poder abrir las residencias y que no sean solo lugares donde vive gente de gran edad, donde no entro si no tengo la necesidad. Hay que abrir las puertas y que sean lugares de vida, donde otras personas puedan entrar y no solo para ver a un familiar. Se puede trabajar con las escuelas, hacer pop-ups para romper todas estas barreras, es un deber del sector residencial.
P.- En cuanto a viabilidad económica, que es una pata importante para acabar de cuadrar los proyectos, el paso de un centro más tradicional a uno que aplica el método de Gran3dad, ¿aumenta costes y hace que el precio hacia las personas usuarias sea mayor? Es decir, ¿cómo se aterrizan todos estos cambios en un negocio para que sea viable económicamente?
R.- Lo primero que trabajamos es la viabilidad. Es decir, un centro que trabaja su compañía, sus espacios y apuesta por estas herramientas no tiene por qué encarecer sus plazas.
Siempre nos guiamos por los precios públicos de cada comunidad, ese es el precio del que partimos. La compañía tiene que hacer un trabajo que se base en esa inversión de retorno. Es decir, trabajamos todos estos conceptos, pero obviamente al final tenemos unas KPI de retorno y unos objetivos.

P.- En Gran3dad habláis de promover la autonomía y de mantener los deseos del residente, pero ¿cómo se consigue esto en unidades donde las personas tienen un grado alto de demencia?
R.- Te pongo un ejemplo: nosotros contamos con la cocina como herramienta facilitadora. En muchas unidades de convivencia de nuestros centros la aplicamos, pero siempre está pensada para la persona, para poder trabajar la autodeterminación tanto a nivel físico como psíquico.
En unidades con grandes demencias y grandes dependencias también existe la cocina y también está totalmente integrada con las personas. Es decir, se puede estimular con la tostadora, con la cafetera, en la medida en que puedan tocar diferentes texturas o, simplemente, acompañándonos en el momento que se prepara su desayuno, aunque no pueda ni siquiera manipular alimentos.
¿Qué es lo que se busca en una unidad de alta dependencia? Cuando hablamos de altas dependencias, muchas veces en el sector se realiza la rehabilitación física por las mañanas, cuando la persona está más activa, más despierta. Es decir, conseguir que la persona sea más reactiva es un objetivo claro, y lo conseguimos con toda esta estimulación, con el propio acompañamiento, utilizando la música, el aire libre, haciendo la cama… todas estas opciones que podemos llegar a ofrecer para que podamos conseguir este pequeño objetivo. Por supuesto, también asistimos como en una residencia tradicional, procurando que la persona esté bien hidratada, tenga los cambios posturales adecuados, no tenga ningún punto de depresión… todo esto que en nuestro sector hacemos y lo hacemos muy bien.
Los equipos tenemos que generar experiencias, pero no solo para las personas que deciden libremente venir a vivir en un centro, sino también para las personas con grandes dependencias.
P.- En Gran3dad lleváis a cabo varias iniciativas muy innovadoras. Por ejemplo, invitáis a personas del sector a que vivan un día entero dentro de vuestra residencia en Lleida, a modo de inmersión, para entender mejor vuestro modelo; y también organizáis los coworking dentro de las propias instalaciones. ¿Es así?
R.- Sí, lo hemos hecho, lo hacemos y seguiremos haciendo, pero es una experiencia exclusiva para profesionales que se dedican al sector sociosanitario.
En cuanto a la experiencia inmersiva, hemos tenido como visitantes a personas que toman decisiones importantes sobre envejecimiento, no solo a nivel nacional, sino internacional. Son personas que se han atrevido a convivir con nosotros durante 24 horas para poder sentirse como parte del equipo profesional, pero también como una persona residente. Para nosotros, esta experiencia es muy importante y enriquecedora, en la que. Al final, también aprendemos del visitante.
Por otro lado, el Grand Cowork nace con el propósito de observar, de mejorar en calidad, en innovación tecnológica… es lo que te decía antes: observar a la sociedad, cómo nos movemos, qué necesidades tenemos y qué esperamos del sector.
Existe mucha innovación tecnológica que se crea partiendo de una supuesta necesidad, pero que luego, cuando llega a los centros, al cabo de un tiempo, muere. ¿Por qué? Porque no es una tecnología consecuente con la necesidad, porque no se está viviendo el mismo momento vital.
Este espacio, el Grand Cowork, permite a diferentes tecnólogos, o diferentes expertos de la innovación tecnológica, conocer el ecosistema real, empezar a crear, a cocrear de dentro para afuera. Después, es un espacio, si hablamos en concreto del de Lleida, donde también se imparten pop-ups, exposiciones, workshops… cosas diferentes y muy normalizadas en la sociedad, pero que las queremos trasladar al centro, para que las personas residentes y las que vienen fuera las compartan. Hacemos multitud de cosas y todo con mucho rollo y actitud.