Caja Rural de Toledo pasa a denominarse Caja Rural de Castilla-La Mancha

La cooperativa de crédito abre así una nueva fase de expansión por toda la comunidad autónoma, donde actualmente opera en las provincias de Toledo y Guadalajara, además de en Madrid y Ávila.
Según manifestaron tanto el presidente, Andrés Gómez Mora, como el director general, Rafael Martín Molero, “hoy acaba una gran etapa y empieza otra mucho más brillante y apasionante con un futuro espléndido”.
A juicio de ambos, Caja Rural de Castilla-La Mancha destacará por su capacidad de generar ingresos recurrentes y su fortaleza financiera y de capital, pero sobre todo por seguir haciendo gala de unos valores inquebrantables de seriedad, honradez, humildad y profesionalidad, favoreciendo iniciativas que impulsen el desarrollo económico y el bienestar social, teniendo siempre presente que su principal razón de ser es dar un servicio de calidad a sus socios y clientes.
La decisión fue aprobada en el Auditorio de la sede central de Caja Rural de Toledo, en el número 2 de la toledana calle Méjico, donde se dieron cita más de 2.000 personas entre delegados, socios, clientes, empleados de la Entidad, autoridades y representantes del tejido económico, social y financiero.
La Asamblea General es el órgano supremo de expresión de la voluntad social de Caja Rural de Toledo. Según el orden del día de la sesión, sus miembros también aprobaron por unanimidad el Informe de Gestión y las Cuentas Anuales del ejercicio 2010, que arrojan un resultado antes de impuestos de 10 millones de euros, con un activo total que a 31 de diciembre ascendía a 3.160 millones de euros. Asimismo, se nombraron auditores de cuentas y se decidieron las líneas básicas de aplicación y destino del Fondo de Educación y Promoción.
Informe del presidente
El primero en tomar la palabra fue el presidente de Caja Rural de Toledo con la lectura de su preceptivo informe, en el que se congratuló de presentar unas cuentas “saneadas” y unos resultados “prudentes, sólidos e importantes”, pese a haber sido 2010 uno de los años más duros del periodo actual de crisis económica.
Gómez Mora destacó que la Caja ha preferido fortalecer su solvencia destinando mayores cantidades a dotaciones, teniendo en cuenta las dificultades que atraviesa la economía.
“Hemos desempeñado nuestra misión como cooperativa de crédito cumpliendo todos los objetivos que nos habíamos propuesto”, aseguró.
A continuación resumió las políticas estratégicas desarrolladas por Caja Rural de Toledo durante el ejercicio, que concretó en prudencia en la gestión, control de la morosidad, reducción de costes, austeridad generalizada, firma de convenios financieros y sociales con toda la base socioeconómica del ámbito de actuación de la Entidad y apoyo del Fondo de Educación y Promoción.
A su juicio, “hemos conseguido con un gran esfuerzo crear una Caja enraizada en nuestra tierra, profesional y moderna, bien gestionada y entusiasta con el buen servicio. Hemos creado otra forma de hacer banca más sostenible, más humana. Este es el modelo de banca cooperativa que en Caja Rural de Toledo hemos elegido y del que nos sentimos muy orgullosos”.
Gómez Mora avanzó un futuro “muy esperanzador” porque, según enfatizó, la Entidad cuenta con una estructura perfectamente preparada para afrontar con éxito los desafíos y oportunidades de años venideros con más fuerza que nunca. “Estamos tranquilos, confiados y muy optimistas ante el horizonte que se presenta para Caja Rural de Toledo”, concluyó.
El presidente hizo un breve repaso del año económico dificultoso en cuyo marco se ha tenido que mover Caja Rural de Toledo. En este contexto, explicó el cambio de denominación de Caja Rural de Toledo en un “viejo sueño” acariciado por él mismo desde siempre y que hace 17 años dio sus primeros pasos cuando la Entidad registró la marca Caja Rural de Castilla-La Mancha. Gómez Mora recordó que la primera gran expansión de la entidad comenzó en 1990 con la absorción de Caja Rural de Guadalajara.
Según sus palabras, “no es sólo un cambio de nombre lo que se busca, sino extender una manera de trabajar pegada a la tierra y a favor de la misma, que ha permitido mantener en pie un barco mientras alrededor los buques naufragaban”.
Informe del director general
A continuación se dirigió al auditorio el director general de Caja Rural de Toledo, quien resumió la evolución de la Entidad durante 2010 y realizó una revisión pormenorizada de los estados financieros del ejercicio mostrándose complacido con las cifras presentadas, aunque marcándose la exigencia de seguir avanzando aún mucho más en beneficio de los socios, clientes y empleados.
Martín Molero adelantó su intención de concentrar el crecimiento de la entidad en próximos ejercicios en cinco aspectos: cumplimiento de las necesidades del cliente, mejora de la productividad, combinación adecuada de rentabilidad y riesgo, innovación en procesos y productos y solvencia y fortalecimiento de la Caja.
El director general subrayó que la acogida del proyecto de Caja Rural de Toledo entre sus socios y clientes, así como entre el resto de ciudadanos de su perímetro de influencia, crece permanentemente con el transcurso del tiempo. En este sentido, señaló que el número de clientes de Caja Rural de Toledo a 31 de diciembre representaba el 40,91% de la población de su área de influencia.
Partiendo de este dato, expresó su intención de seguir incrementando la cuota de negocio aprovechando la ventaja competitiva de contar con una holgada posición de solvencia y liquidez y uno de los menores ratios de morosidad del sistema financiero español.
Tampoco quiso pasar por alto la “extraordinaria” aceptación que tuvo entre los socios, clientes y empleados de la Entidad la ampliación de capital por valor de 33 millones de euros llevada a cabo a mitad del ejercicio pasado y que fue suscrita y desembolsada en tiempo récord, lo que permitió a Caja Rural de Toledo fortalecer su ya de por sí “excelente” coeficiente de solvencia.
Asimismo, enfatizó que en los recientes test de estrés del Banco de España sobre el sector financiero, Caja Rural de Toledo presentó 95 millones de euros de capital principal por encima de los mínimos fijados.
Otra cifra destacada por Martín Molero fue el “incremento excepcional” del 18,75% en el número de clientes de Banca Electrónica de Caja Rural de Toledo con respecto al ejercicio anterior.
En sus palabras de despedida no evitó calificar de “un poco indignantes” los acontecimientos sufridos por la Entidad en el pasado ejercicio, respecto a los que aseveró que “teníamos la tranquilidad del trabajo bien hecho y sabíamos que, aguantando, el tiempo nos daría la razón. Y así ha sido”.
Tras ello, recalcó que el proyecto de esta Caja es “una apuesta ganadora que tiene el futuro por delante más seguro y halagüeño”.