FERNANDO ROMAY / EXJUGADOR PROFESIONAL DE BALONCESTO Y COLABORADOR CON MAPFRE
Romay: “Tuve que reinventar quién era al margen del baloncesto”
PREGUNTA.- Como deportista de élite que se retiró muy joven, ¿cómo fue su transición hacia la jubilación y qué lecciones aprendió?
REPUESTA.- La transición tras dejar el deporte de élite fue, sin duda, un desafío, porque como deportista vives en una burbuja donde todo está planificado hasta el último detalle y tienes unos objetivos claros: entrenar, competir y ganar el próximo partido.
Cuando eso termina, necesitas reencontrarte, redefinir tus metas y disfrutar de otra manera. Yo tuve que reinventar quién era al margen del baloncesto, que había sido el centro de mi vida durante muchos años. No fue fácil y pasé por muchos momentos de incertidumbre, pero la vida no acaba con el deporte, sino que se transforma.
Yo aprendí que las habilidades y valores que me había dado el baloncesto, como la disciplina y el trabajo en equipo, podían aplicarse en otros ámbitos. Es fundamental adaptarse a esa nueva vida, buscar nuevas pasiones, mantener la ilusión, encontrar nuevos retos y, sobre todo, rodearte de personas que te apoyen en esta etapa de cambio. Hagas lo que hagas, nunca dejes de soñar.
P.- ¿Qué papel desempeñan los seguros de salud y los de dependencia para garantizar una vida digna y autónoma?
R.- Los seguros de salud y los de dependencia son herramientas muy valiosas para garantizar una vida digna y autónoma en la etapa sénior. Un buen seguro de salud proporciona acceso a revisiones periódicas, tratamientos especializados y atención personalizada, lo cual es crucial para mantener una buena calidad de vida.
Por otro lado, los seguros de dependencia son un respaldo fundamental en situaciones inesperadas, como una enfermedad grave o la necesidad de cuidados prolongados. Estos instrumentos no solo protegen la estabilidad económica, sino que también brindan tranquilidad emocional, tanto a las personas mayores como a sus familias. Además, permiten a los sénior centrarse en disfrutar de su día a día sin preocupaciones excesivas, ya que saben que cuentan con un sistema de apoyo sólido. En definitiva, son inversiones en bienestar que marcan una gran diferencia a la hora de vivir esta etapa con seguridad, independencia y calidad de vida.