Pregunta.- Usted asumió, recientemente, el cargo de concejala de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Burgos. ¿Cuáles son sus objetivos principales para los próximos cuatro años en lo que respecta a atención a personas mayores?
Respuesta.- Aproximadamente el 22% de la población burgalesa (casi 40.000 personas) tiene más de 64 años, de la cuales más de 13.000 superan los 80 años y 11.000 viven solas, cifras que, sin duda, van a aumentar en años venideros. Por ello, la atención a las personas mayores representa una de las prioridades en materia de servicios sociales, y el hecho de que su atención sea una materia compartida con otras administraciones (Junta de Castilla y León y Estado), no supone que los municipios puedan dejar de asumir sus responsabilidades, siendo además la Administración más cercana.
Desde mi punto de vista, el envejecimiento no debe suponer ninguna traba para mantener una vida lo más activa, independiente y satisfactoria posible. Y en ello nos tenemos que aplicar, tanto desde la perspectiva de la asistencia o los cuidados, como la de proporcionar una existencia grata desde el punto de Las apuestas principales pasan por extender y mejorar los servicios de proximidad: ayuda a domicilio, teleasistencia y comida a domicilio, con el objetivo de facilitar la permanencia de las personas mayores en su entorno, con las debidas garantías de asistencia y autonomía. Con el mismo objetivo, organizaremos programas de seguimiento y detección de posibles situaciones de riesgo, estableciendo un protocolo para detectar situaciones de vulnerabilidad y dependencia que permitan la intervención preventiva y no solo paliativa.
Por otro lado, incrementaremos los programas de ocio y asistencia sociosanitaria, fomentando las actividades para el envejecimiento activo e implementándolas en todos los centros cívicos y de barrio de la ciudad. En cuanto a los programas para mayores que están solos y solas, facilitaremos las relaciones con el entorno comunitario y el desarrollo de actitudes positivas y activas. Además, trabajaremos para que la Junta de Castilla y León dote a Burgos de dos centros de día y aumente la oferta de plazas residenciales.
P.- Uno de los programas más consolidados en materia de envejecimiento es el Plan Municipal Sectorial de Atención a las Personas Mayores, que se encuentra en una segunda fase. El objetivo es recabar datos e información sobre las condiciones de vida de los burgaleses senior. ¿Continuará con este proyecto? ¿Qué importancia tendrá la información recogida en sus planes de Gobierno?
R.- El ‘Estudio de condiciones de vida de las personas mayores del municipio de Burgos’, cuyos resultados se materializan en el II Plan Sectorial de Personas Mayores, constituye una herramienta fundamental para el desarrollo de políticas municipales. Ambos documentos ya están completados y a la espera de la celebración de un próximo Consejo Sectorial de Mayores para su presentación, ya que este fue el órgano que impulsó su realización. Tras su análisis por el consejo, los resultados se harán públicos y se establecerán las líneas prioritarias de actuación.
P.- ¿Qué papel tiene el Consejo Sectorial de Mayores en la articulación de políticas relacionadas con su área?
R.- El consejo es un órgano consultivo fundamental para ‘guiar’ la actuación del municipio. Como he señalado, fue la iniciativa del Consejo Sectorial la que nos permite hoy contar con dos instrumentos inmejorables (el estudio y el plan) para modular las actuaciones de los próximos años. Con ello, contamos con una base sólida y fundamentada que nos permitirá, sin duda, una toma de decisiones más acertada.
Debo señalar, sin embargo, que la ciudad no cuenta con muchas iniciativas sociales autónomas y participativas que tengan como objetivo la mejora de la calidad de vida de los mayores o la defensa de sus derechos (en Burgos hay que mencionar la magnífica y emblemática ‘Abuelas de Gamonal’), por lo que desde aquí quisiera animar a su creación. Este tipo de iniciativas sociales son muy importantes y, a menudo, resultan un revulsivo para la propia actuación de las Administraciones.
P.- Burgos, igual que el resto de la comunidad, se enfrenta a un reto demográfico que se caracteriza por el envejecimiento de la población. ¿Cuál es la situación de este fenómeno en la ciudad y cómo se plantean los desafíos que conlleva desde la Administración local? ¿Emprenderán algún tipo de acción en este sentido?
R.- Tanto Castilla y León como Burgos tienen, en general, mayores porcentajes de población mayor de 65 años que el resto de España, por lo tanto, se trata, efectivamente, de territorios con tasas elevadas de envejecimiento.
Esta realidad no solo supone que debamos prever adecuadamente la necesidad de servicios que requiere la población mayor, sino que, yendo más allá, conlleva un necesario replanteamiento que debe llevar a reposicionar a la persona mayor en la sociedad y en la comunidad, sin ningún tipo de discriminación por su edad, sexo o grado de vulnerabilidad. Las Administraciones en conjunto debemos poner las bases para afrontar el reto que supone asumir este nuevo contexto poblacional que afecta a la propia estructura del tejido social.
Los mayores no son únicamente potenciales “depositarios” de cuidados asistenciales, sino que, en gran medida, contribuyen a mejorar su entorno y su comunidad. Debemos asumir el envejecimiento como una oportunidad, fomentando la autonomía y generando las mejores condiciones para un envejecimiento activo y saludable y apostando por la participación activa de las personas mayores en la sociedad.
P.- ¿Cómo cree que le favorecerá su experiencia como abogada en Burgos Acoge (entidad humanitaria que ayuda a los inmigrantes en la provincia) a la hora de gestionar los servicios sociales de Burgos?
R.- Mi trabajo en Burgos Acoge durante 25 años me ha proporcionado la oportunidad de adquirir un amplio conocimiento de los derechos sociales y los distintos recursos municipales y comunitarios. Por consiguiente, cuando asumí esta responsabilidad, conocía la dimensión y estructura de los servicios sociales de Burgos, lo que me ayuda indudablemente en el desarrollo de mi trabajo.
Además de eso, y yo diría que lo más importante, he tenido la ocasión de poder conocer y tratar a personas y familias en las más vulnerables de las situaciones, de conocer las más absolutas precariedades, y de sentir, acompañando a estas personas, la determinante importancia de contar con un sistema social público que proporcione amparo en estas circunstancias. Ello me hace valorar extremadamente (casi infinitamente) la importancia de contar con unos servicios sociales de calidad, imponiéndome la exigencia de gestionarlos de la manera más eficaz posible. Ser concejala de servicios sociales representa, para mí, por tanto, un honor y una gran responsabilidad.