miércoles, 16 julio 2025
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El dolor es inherente al ser humano, pero se puede prevenir y aliviar en muchas ocasiones

Especialistas de diversas ramas se dieron cita en Palma de Mallora entre el 24 y 26 de mayo para abordar diferentes temas relacionados con el abordaje actual y futuro del dolor
Durante el XV Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), que se celebró entre el 24 y 26 de mayo en Palma de Mallorca, más de 1.000 profesionales de distintas especialidades relacionadas con el tratamiento de dolor y agentes del Sistema Nacional de Salud (SNS) debatieron y analizaron el abordaje actual y futuro del dolor desde todas las perspectivas posibles con el fin de ofrecer mejoras al paciente. Además, esta cita contó con la participación de pacientes en cada tema. 

Algunos de los temas abordados fueron las nuevas técnicas en el manejo del dolor, el presente y futuro de la genética y genómica en dolor, el Big Data para el seguimiento de los pacientes con dolor, la coordinación entre Atención Primaria con las Unidades de Dolor, el papel de enfermería en estas unidades, la influencia de la dieta, la participación activa del paciente y el dolor neuropático en enfermedades terminales.
 
Los expertos reconocen que el dolor es inherente al ser humano, ya que es una respuesta de nuestro organismo a la exposición de agentes lesivos que nos permite saber que hay un problema, pero también apuntan a que es prevenible y se puede aliviar en muchas ocasiones

Por otra parte, “el incremento del conocimiento de la neurobiología del dolor, permitiendo que la ciencia pueda ofrecer más y mejores medios para atajarlo, así como los datos ofrecidos por la genética del dolor y las técnicas diagnósticas para la perfección en las escalas del dolor, han producido grandes avances en la mejora de su abordaje”, ha señalado Juan Antonio Micó, presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED). A pesar de estos progresos, el dolor enfrenta varios retos, entre los que se incluye la necesidad de encontrar fármacos opiáceos más seguros y con menos efectos indeseables e incrementar la investigación en dolor en relación con el género y la comorbilidad.

EL EJERCICIO FÍSICO EN PACIENTES CON DOLOR  

Inmaculada Failde, especializada en Medicina Preventiva y Salud Pública y catedrática de la Universidad de Cádiz, hizo hincapié en que los beneficios de la actividad y el ejercicio físico en personas sanas están bien demostrados. 

En cuanto al efecto del ejercicio físico sobre el dolor, recordó que existen evidencias de que mejora la función física, la intensidad del dolor y la calidad de vida, “sin embargo, estos efectos se han mostrado esencialmente en pacientes con enfermedades musculosqueléticas como la artrosis, esencialmente de rodilla y cadera, la lumbalgia y la fibromialgia. En estas condiciones, los beneficios son moderados y solo en algunos estudios sobre artrosis o lumbalgia los efectos son más evidentes especialmente sobre la intensidad del dolor”, matizó.

No hay demasiados estudios que evidencien los beneficios del ejercicio físico en distintos procesos causantes de dolor crónico a largo plazo. Por otra parte, en algunos de ellos, se incluyen grupos heterogéneos de pacientes y de ejercicios, lo que podría explicar que los beneficios no sean más evidentes en los estudios. Asimismo, señaló que, todavía existen muchos interrogantes sobre los efectos del ejercicio en los pacientes con dolor crónico. 

Para Failde, el ejercicio de duración o intensidad excesivas, o sin tener en cuenta las características particulares de cada persona, puede tener consecuencias negativas, incluso en personas sanas.  No obstante, insistió en la necesidad de mantenerse activo a cualquier edad.

Se recomienda a los pacientes que intenten mantenerse activos, que se sometan a la valoración de un profesional cualificado para que recomiende el programa de ejercicio más adecuado para su problema y sus características personales. En general los programas de ejercicio combinados (fuerza, elasticidad y aeróbicos) son los más empleados. 

ACUPUNTURA EN DOLOR CRÓNICO 

Mike Cummings, director médico de la Sociedad Británica de Acupuntura (BMAS), recordó que la evidencia respalda la eficacia de la acupuntura a partir de estudios con grupos de control y con resultados en la práctica clínica. 

Cummings apuntó que la efectividad es elevada en pacientes con dolor muscular, mientras que la tasa de respuesta es más reducida en casos de dolor neuropático. También afirmó que esta técnica es útil en la evaluación y el diagnóstico del dolor, “particularmente en medicina musculoesquelética y en el contexto de interacciones viscerosomáticas complejas”. 

Asimismo, recordó que la acupuntura se utiliza en combinación con fisioterapia o medicamentos, dando muestras de efectos sinérgicos en algunos grupos de pacientes. Por otro lado, su empleo ha resultado útil en otros contextos clínicos, como cuidados paliativos, perioperatorios e incluso intensivos.

Incluso la acupuntura denominada Sham (falsa), donde se insertan agujas al azar a 2 ó 3 cm de distancia de los puntos utilizados en el tratamiento real, no puede considerarse un placebo sino una intervención activa ya que “muchas veces ofrece mejores resultados que la atención convencional en casos de dolor crónico, muy claramente en lo tocante a calidad de vida” declaró el experto. 

MICROBIOTA Y DOLOR 

Raquel Abalo, catedrática de Farmacología de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), explicó que la inflamación producida por la colonización del tubo digestivo por patógenos puede ocasionar dolor en el mismo (dolor abdominal), que puede ser muy persistente incluso cuando ya no es evidente la inflamación, por sensibilización de las fibras sensoriales locales, como en el síndrome de intestino irritable postinfeccioso. 

“Sin embargo, a veces los microorganismos no son los causantes directos del problema, sino que se aprovechan de la situación, liberando sustancias al torrente circulatorio o provocando un estado inflamatorio sistémico que puede alterar también los mecanismos de percepción y transmisión del dolor a otros niveles”, indicó. A veces, este estado inflamatorio sistémico predispone a que los estímulos relativamente leves ocasionen dolores intensos, debido a la sensibilización de los sistemas que participan en la percepción y transmisión del dolor.

Según Abalo, en la actualidad se están investigando los mecanismos para mantener un adecuado equilibrio de la flora intestinal, de manera que los patógenos no produzcan enfermedad ni dolor, y prevalezca la acción de las bacterias beneficiosas. 

Así, apuntó que se trabaja desde hace tiempo en el desarrollo de antagonistas de algunos receptores que se localizan en ciertas células y que responden específicamente a patrones moleculares presentes en los microorganismos, como los llamados toll-like receptors (TLR).  “Por otra parte, recientemente, se han empleado trasplantes fecales para restituir la flora alterada en pacientes con patologías como obesidad, y ésta puede ser otra vía a probar en los pacientes con dolor”, ha añadido. 

A su entender, “es mucho lo que todavía nos falta por saber de este apasionante mundo de la flora intestinal, de cómo nos afecta y de cómo podemos modularla”.


LAS APLICACIONES MÓVILES 

La apps impulsan la participación del paciente en el tratamiento de su propio dolor y, con ello, su evolución a pacientes activos. “Las apps pueden ayudar a los pacientes a convertirse en activos en el manejo de su enfermedad. Ahora podemos integrar con mucha facilidad los datos de los dispositivos wearables -que los recogen pasivamente sin intervención directa de los pacientes- y los datos de las apps“, señaló el presidente del Comité Organizador del Congreso, José Luis Aguilar.
 
En esta línea también se ha posicionado el director de la Fundación Estudios de la Salud, Joan Guanyabens, quien ha señalado que estas aplicaciones deben ajustarse a unos criterios para poder utilizarse como herramienta para el cuidado de la salud como la seguridad, en lo referente al manejo y privacidad de los datos. 
 
La actividad sanitaria genera, cada vez, mayor cantidad de datos y de mejor calidad. Sin embargo, la complejidad y la confidencialidad de estos datos no ha facilitado la transformación digital del sistema de salud en lo referente a la actividad de los profesionales sanitarios.
 
Guanyabens adviritó de las posibilidades que ofrece el big data para interpretar estas informaciones y generar evidencias, modelos predictivos y algoritmos que van a transformar el papel de los profesionales. 

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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