Matia Instituto ha lanzado, esta semana, la campaña ‘Los derechos sexuales no caducan’, coincidiendo con la celebración del Día internacional de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez.
La iniciativa consta de un texto de la investigadora de Matia Instituto,
Nerea Almazán, experta en el abordaje de la sexualidad de las personas que viven en espacios de cuidados; un podcast, con la participación de
Feliciano Villar y
Josep Faba, de la Universidad de Barcelona, y
Miren Iturburu, compañera de Matia Instituto e integrante del comité de ética de Matia; y una serie de imágenes que muestran mensajes clave que conducen a la reflexión y a la adopción de un enfoque basado en derechos “sobre una cuestión que no es baladí para el bienestar de estas personas”, señalan desde Matia.
La campaña forma parte del proyecto Heldu Sexua(ri), iniciativa orientada a avanzar en el acompañamiento a la sexualidad de las personas que viven en centros residenciales. Este proyecto nace gracias a las subvenciones de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en coordinación con el Gobierno Vasco, a proyectos piloto de innovación en centros residenciales de personas mayores a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y los fondos Next Generation UE obtenidos a petición del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
“Tabúes y prejuicios sociales conducen inexorablemente a ver cómo la sexualidad tiende a ser ignorada e incluso rechazada a medida que envejecemos o tenemos necesidades de apoyo. Esta discriminación, latente y naturalizada, sube varios peldaños si ponemos la mirada en la práctica habitual en los centros residenciales”, explican en un comunicado desde Matia. Así, lo que se observa de manera habitual en estos espacios de cuidados “es la falta de atención a aspectos relacionados con la sexualidad de las personas que allí residen”, añaden.
Es por ello que, para hablar de buen trato y dar pasos hacia un modelo de atención centrada en las personas (ACP), indican en Matia, “es necesario rescatar la sexualidad del olvido y concederle el espacio que se merece, bien sea en las reuniones de equipo, en los protocolos de prevención, detección y actuación ante la violencia machista, en la capacitación de los equipos, etcétera”.