jueves, 26 diciembre 2024
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Circuito de obstáculos para que los mayores no se caigan al caminar por las calles de Bilbao

La residencia y centro de día Kirikiño ha puesto en marcha esta iniciativa para que los mayores se sientan más seguros
La residencia y centro de día Kirikiño (Santutxu-Bilbao) ha puesto en marcha recientemente un circuito de obstáculos en el que entrenan a personas mayores para que se sientan más seguras cuando caminan por la calle, evitando posibles caídas. Los mayores  practican en el centro con una serie de sencillos obstáculos que simulan los objetos que pueden encontrarse en la calle en su día a día tales como árboles, coches aparcados con poca distancia entre sí que dificultan el paso, bordillos, farolas, charcos, personas o diferentes alturas.

El objetivo del taller es entrenar y preparar a las personas mayores para que aprendan a sentirse más seguros ante los imprevistos y dificultades que encuentran en su camino con el fin de prevenir y evitar caídas. Las caídas son la forma más frecuente de accidente en las personas mayores.

Gracias a esta iniciativa los usuarios del taller pasan por una serie de pruebas y ejercicios que mejoran su estabilidad, movilidad, coordinación, fuerza, reflejos, resistencia y capacidad visual para reconocer un escenario con obstáculos. Los obstáculos que han de superar son, entre otros, aros y picas con los que aprenden a dar una zancada larga, a superar escalones a diferentes alturas o a saber circular con autonomía.

El ejercicio empieza con un calentamiento de las articulaciones (piernas, rodillas, tobillos y brazos) y acto seguido comienza el taller. María López, rehabilitadora de la residencia Kirikiño, explica que el taller trata de entrenar a los mayores para “hacer frente y superar cualquier obstáculo que se puedan encontraren su camino. Al principio, cuando les pregunté sobre cuál es su mayor temor en la calle, me decían que a lo que más miedo tenían era a los bordillos”.

“No solo los mayores del centro de día salen a la calle, ya que algunos de nuestros mayores -aquellos que no tienen un alto grado de dependencia-también hacen vida por el barrio y se mueven por las calles”. “Es muy importante que los mayores no se caigan porque una caída reduce la movilidad de la persona y afecta a la calidad de vida, provocando un aumento de la dependencia y necesidad de ayuda incluso para las actividades básicas de la vida diaria. Asimismo, en muchas ocasiones dan lugar a fracturas, requiriendo ingreso hospitalario para su curación o provoca que las personas mayores tengan que ser intervenidas quirúrgicamente con los riesgos que esto conlleva”, subraya la experta. “También les afecta emocionalmente, el temor a una nueva caída provoca pérdida de autoestima, desconfianza y desmotivación a la hora de salir a la calle”.

Asimismo, la especialista explica que las personas mayores tienen malas costumbres cuando caminan por la calle como cruzar los brazos , poner las manos detrás de la espalda o meter las manos en los bolsillos. Les enseñamos a que adopten unos hábitos buenos y seguros”.

No se trata de una gimnasia grupal, sino una gimnasia para evitar caídas. Se nos ocurrió ponerla en marcha a raíz de que una usuaria del centro de día nos transmitió su miedo a salir a la calle tras sufrir una caída. Nuestros mayores destacan que les parece una buena idea y están muy contentos con la iniciativa porque saben que les ayuda, a la vez que les divierte y les mantiene activos”, concluye.

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