Nace Mieloma España, una asociación para dar mayor visibilidad a esta enfermedad
El mieloma múltiple es uno de los cánceres de sangre más frecuentes, registrándose anualmente en España 2.000 nuevos casos. Los afectados suelen tener más de 65 años y, aunque es incurable, las tasas de supervivencia han mejorado mucho

El mieloma múltiple (MM) es una enfermedad hematológica: el segundo tipo de cáncer de sangre más frecuente, después del linfoma de Hodgkin. En España se diagnostican cada año unos 2.000 nuevos casos, siendo mayoritariamente personas mayores los afectados, pues la edad media de diagnóstico oscila entre los 60 y los 65 años. Hacer la vida más fácil a los enfermos de MM es el objetivo con el que acaba de nacer Mieloma España, una división dentro de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (Aeal) para “proporcionar información actualizada sobre el diagnóstico, el tratamiento, la asistencia y el soporte a pacientes y familiares, y garantizar un acceso igualitario a los estándares más elevados de tratamientos y asistencia”.
Uno de los problemas del mieloma es que su detección precoz es poco frecuente, “debido a la escasa especifidad de los síntomas que, cuando se dan en la población a la que afecta mayoritariamente el MM, inicialmente tiende a justificarse por otras patologías más frecuentes, como la artrosis”, matiza el doctor Juan José Lahuerta, jefe del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. No obstante, sí existen algunas manifestaciones más o menos frecuentes. Por ejemplo, el dolor óseo, la astenia y la debilidad, y la pérdida de peso.
Aunque, por ahora, este cáncer no tiene cura, en los últimos años se han producido numerosos avances que han permitido multiplicar las tasas de supervivencia y mejorar notablemente la calidad de vida de los enfermos. Así, en los pacientes mayores, la tasa de remisión completa no superaba el 10% hace dos décadas y, sin embargo, hoy se puede hablar de remisión completa en cuatro de cada diez afectados. En pacientes jóvenes, las cifras son todavía más alentadoras, llegando al 80-90% de remisión completa, sobre todo gracias al trasplante de células madre, una técnica no apta para afectados con más de 65 años. No obstante, el doctor Lahuerta es optimista: “es verdad que el trasplante autólogo sólo puede ser aplicado a pacientes en condiciones biológicas que no se dan en los pacientes con más de 65-70 años. Sin embargo, los nuevos tratamientos basados en bortezomib, talidomida o lenalidomida sí pueden ser aplicados a los pacientes de más edad, que se benefician de importantes mejoras en el pronóstico respecto a los tratamientos de la época anterior”. “De hecho, con las nuevas estrategias terapéuticas los pacientes mayores alcanzan supervivencias similares a las que en su época se obtuvieron con trasplante en los pacientes jóvenes”, sentencia el doctor Lahuerta.
¿Y la cura?
Según explica el jefe del Servicio de Hematología del 12 de Octubre, los efectos en la supervivencia de los tratamientos actuales “tardarán, afortunadamente, en emerger”. En esta enfermedad, prosigue Lahuerta, “son necesarios periodos muy prolongados de observación para conocer el efecto en la supervivencia de un tratamiento determinado debido a que incluso los casos que recaen pueden ser tratados con eficacia en segunda y sucesivas líneas de tratamiento”. Pero la ciencia avanza por buen camino y “los tratamientos más recientes han doblado las medianas de la supervivencia respecto a las épocas anteriores y la persectiva aún ha de mejorar debido a la inminente disponibilidad de una nueva generación de nuevos fármacos”.
>> Begoña Barragán: 'En esta enfermedad es especialmente relevante disponer de información contrastada y comprensible'
Uno de los problemas del mieloma es que su detección precoz es poco frecuente, “debido a la escasa especifidad de los síntomas que, cuando se dan en la población a la que afecta mayoritariamente el MM, inicialmente tiende a justificarse por otras patologías más frecuentes, como la artrosis”, matiza el doctor Juan José Lahuerta, jefe del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. No obstante, sí existen algunas manifestaciones más o menos frecuentes. Por ejemplo, el dolor óseo, la astenia y la debilidad, y la pérdida de peso.
Aunque, por ahora, este cáncer no tiene cura, en los últimos años se han producido numerosos avances que han permitido multiplicar las tasas de supervivencia y mejorar notablemente la calidad de vida de los enfermos. Así, en los pacientes mayores, la tasa de remisión completa no superaba el 10% hace dos décadas y, sin embargo, hoy se puede hablar de remisión completa en cuatro de cada diez afectados. En pacientes jóvenes, las cifras son todavía más alentadoras, llegando al 80-90% de remisión completa, sobre todo gracias al trasplante de células madre, una técnica no apta para afectados con más de 65 años. No obstante, el doctor Lahuerta es optimista: “es verdad que el trasplante autólogo sólo puede ser aplicado a pacientes en condiciones biológicas que no se dan en los pacientes con más de 65-70 años. Sin embargo, los nuevos tratamientos basados en bortezomib, talidomida o lenalidomida sí pueden ser aplicados a los pacientes de más edad, que se benefician de importantes mejoras en el pronóstico respecto a los tratamientos de la época anterior”. “De hecho, con las nuevas estrategias terapéuticas los pacientes mayores alcanzan supervivencias similares a las que en su época se obtuvieron con trasplante en los pacientes jóvenes”, sentencia el doctor Lahuerta.
¿Y la cura?
Según explica el jefe del Servicio de Hematología del 12 de Octubre, los efectos en la supervivencia de los tratamientos actuales “tardarán, afortunadamente, en emerger”. En esta enfermedad, prosigue Lahuerta, “son necesarios periodos muy prolongados de observación para conocer el efecto en la supervivencia de un tratamiento determinado debido a que incluso los casos que recaen pueden ser tratados con eficacia en segunda y sucesivas líneas de tratamiento”. Pero la ciencia avanza por buen camino y “los tratamientos más recientes han doblado las medianas de la supervivencia respecto a las épocas anteriores y la persectiva aún ha de mejorar debido a la inminente disponibilidad de una nueva generación de nuevos fármacos”.
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