El camino hacia una diversidad plena y real, reto del colectivo de mayores LGTBQ+

Fundación 26 de Diciembre desembarcó en Galicia hace tres años con el firme propósito de, al igual que ya estaban en marcha en la Comunidad de Madrid, poder replicar el proyecto en tierras gallegas. Nos lo cuenta el presidente de la entidad, Federico Armenteros, que recuerda con cariño los años que había vivido en Galicia. “He trabajo en Coruña, Ferrol, Narón… Mi relación con Galicia siempre ha sido muy fluida y aquí me siento como en casa”.
Entonces, Fundación 26 de Diciembre formaba parte de UDP, Unión Democrática –hoy Mayores UDP–, y fue a través de su presidenta en aquel momento, Paca Tricio, con quien empezó a surgir el proyecto de la delegación de Galicia que nació con el objetivo de facilitar a las personas mayores LGBTQ+ un espacio seguro donde poder compartir sus vivencias y compartir su proceso de envejecimiento, poniendo en valor sus historias de vida. “Paca nos habló –recuerda Armenteros– de un piso precioso en la ciudad de A Coruña, del que podíamos disponer como recurso residencial”. Hoy, después de varios años y mucha dedicación, este proyecto está cerca de culminarse aunque, por el momento, como explica el presidente, funciona como centro de encuentro para un grupo de mayores activos que desean compartir su tiempo.
Desde que la fundación comenzó su andadura en Galicia, repasa Armenteros, “el balance ha sido muy costoso, como cualquier otro proceso que nace e las necesidades de las personas, no de las de los político. Es un mundo donde te vas encontrando con muchas dificultades”. En este esfuerzo emprendido por la entidad, el equipo de la fundación perseguía “hacer todo un camino de ir sensibilizando, en primer lugar, a las Administraciones”.
Es precisamente en el ámbito residencial donde los mayores del colectivo LGBTQ+ demandan un cambio, una solución que les permita vivir en libertad y en un espacio en el que, por encima de todo, exista inclusión y se apueste por la diversidad. “Cuando vemos una necesidad, también la sociedad en general, tenemos que remangarnos y empujar para que esas historias no dejen de estar. Los mayores, y encima del colectivo, que éramos invisibles porque nos han construido desde la invisibilidad, tenemos que luchar contra esa idea de heterosexualizar que muchas veces se nos intenta imponer”. “Es importante que la gente vea que esta sociedad es diversa. O sea, el patriarcado heterohegemónico está terminando y tenemos que empujar para que así sea”, añade Armenteros.
La idea es que en este recurso –ubicado en barrio coruñés de Los Rosales– tengan cabida, en primer lugar, las personas que son más vulnerables. Se trata de un asunto, como explica Armenteros, “de justicia social”. En concreto, Fundación 26 de Diciembre tiene en marcha distintos proyectos en la comunidad autónoma. Entre ellos, el programa Rejas Rosas que también se desarrolla en otros centros penitenciarios nacionales y que en Galicia funciona en las cárceles de Teixiero y A Lama. “Se trata de trabajar con el colectivo de presos privados de libertad del colectivo para que también vean que los mayores también nos preocupamos y que son parte del colectivo. Ese acompañamiento, esa atención e ir a preocuparse de esas personas… es muy importante”, comenta el presidente de la fundación.
Además de ese trabajo con las Administraciones que exponía Armenteros al principio de la entrevista con este periódico, también destaca lo importante de trabajar con los propios participantes, es decir, con las personas mayores. “No me gusta mucho la palabra empoderar, pero es justo decirlo y que esos mayores tengan su sitio, su voz y puedan expresarse en libertad. En todo caso, siempre digo que tú eres el que tienes que ser protagonista de tu vida y ser visible. Nosotros los acompañamos y estamos aquí para que esta sociedad cambie. Y eso es lo que estamos haciendo”.
Precisamente con esa conciencia de grupo, con esa finalidad de darse apoyo y acompañamiento, ha nacido un grupo bastante potente de personas mayores en Galicia que se reúnen para vivir, por encima de todo, según sus propios proyectos vitales. “Son visibles, son reivindicativos, porque hay que ser reivindicativos”, afirma. También destinan parte de su tiempo al voluntariado, acompañando a otros mayores del colectivo que, como sucede de forma más grave entre ellos, sufren soledad. “La soledad que existe en las personas mayores del colectivo es grave, porque se nos han muerto muchas personas, como es ley de vida, y nos encontramos solos. Tenemos miedo a que esta sociedad, por los recuerdos que tenemos de nuestra infancia, de nuestra adolescencia, de nuestra adultez, que hemos tenido que escondernos como las ratas o hemos sido condenados a tener que pasa desapercibidos para que no nos excluyesen… Todo eso hay que cambiarlo”.
Este, indica Armenteros, “es un momento muy importante para los mayores. Debemos seguir apoyando y acompañando para un cambio de sociedad más inclusiva, más vivible, no una en la que no me tenga que esconder, que no pueda expresar mis afectos o se me considere de segunda categoría”.
NECESIDADES REALES
Como no podía ser de otra manera, y además de la incidencia política y el trabajo con los propios mayores, desde Fundación 26 de Diciembre hacen hincapié en la necesidad de contar con profesionales formados en la diversidad.
Desde el ámbito residencial, continúa, “atacamos muchos frentes porque entran muchas generaciones en conexión. Si vas a las residencias, también están los familiares. Y esos familiares tienen hijos. Y pueden ver que estamos dentro de una sociedad… y vas transmitiendo intergeneracionalmente esa diversidad de la que estamos hablando”.
Desde la fundación creen en los recursos diversos en los que los mayores puedan sentirse como en casa y, para ello, es determinante que el equipo de profesionales esté formado en este ámbito. “Para que las personas puedan decir “mira, aquí en esta residencia están formados en la diversidad, voy a estar seguro y voy a estar atendido como me merezco, debe haber una formación previa. Nosotros no queremos abrir más residencias especializadas, sino que creemos que tiene que haber opciones para poder decidir qué es lo que queremos, porque nos han quitado el derecho a elegir”, denuncia Armenteros.
En esta línea, el presidente adelanta a entremayores que trabajan actualmente en el diseño de un sello de calidad para las residencias. “Queremos que esa acreditación, lo mismo que hay de millón de sellos, sea sinónimo de abrirse a la diversidad. Trabajamos tanto con el personal, como con la dirección y con nuestros compañeros, pero hay que ser flexibles y, como digo, que se nos acabe ya la heteronormatividad. Tenemos que conseguir que nuestro esfuerzo futuro irá más a esa línea”.
Otro de los proyectos que la entidad tiene en marcha y les gustaría que sea una realidad también en Galicia es un espacio coliving, “un sitio donde vamos a convivir, a hacer comunidad y intergeneracional. Que sea un espacio de diversidad”, afirma Armenteros.
Unidad, comprensión, deseo de familia, una familia construida, son los pilares que dan sentido a esta fundación que lucha para que la calidad de vida del colectivo sénior LGBTQ+ sea, ni más, ni menos, la que se merecen, porque como insiste su presidente, “es de justicia social”.