En la ficción española faltan abuelos reales y persisten sutiles formas de edadismo

“La Generación silver impulsa el consumo audiovisual en España, pero aún lucha contra estereotipos en pantalla: el viejo verde, el anciano sabio, el patriarca intransigente, la abuela abnegada y la madre manipuladora son algunos de los arquetipos que aún persisten… Más allá de la sabiduría o el obstáculo, urge una representación más rica y diversa de la vejez en España”. Estas palabras de la investigadora de la Universidad Europea, Gema López-Sánchez, ponen sobre la mesa una realidad que se concluye en la quinta edición del informe sobre el cine y las series en España, un análisis elaborado por la Fundación The Family Watch, en colaboración con Methos Media, que cuenta con el apoyo de investigadores de la Universidad Nebrija, Rey Juan Carlos y Europea de Madrid, y que acaba de presentarse a finales de junio.
Los abuelos y personas mayores en las películas y series más vistas en España en 2024 –título del documento–, analiza, sobre un total de 129 personajes de ficción, el rol narrativo, el género, la clase social, la diversidad, la presencia de estereotipos, el tratamiento del bienestar y el edadismo, con el fin de comprender de forma sistemática qué tipo de personajes mayores aparecen en estos contenidos y cómo podrían influir en la percepción social de la vejez.
INCIPIENTES AVANCES
Las principales conclusiones son reveladoras. España lidera la producción más vista por mayores de 60 años en 2024, con un 53,8% tanto en series como en películas, seguida de Estados Unidos (30,8%). Asimismo, el colectivo sénior español tiene claro sus temáticas favoritas: el género drama (32,2%), seguido de comedia (18,4%) y de comedia romántica (10,5%). El estudio evidencia que, si bien el contenido audiovisual analizado en 2024 refleja el creciente peso demográfico y el poder adquisitivo de la población senior española, así como, en parte, su rol activo y de apoyo familiar, también muestra que hay un número poco representativo de mayores y que persisten estereotipos asociados a esta franja de edad. Esto es particularmente acusado en la representación de las mujeres mayores y en la omisión de realidades como la dependencia o la soledad no deseada, a pesar de ser problemas prevalentes en Europa.

Algunas excepciones observadas en las series de ficción españolas del siglo XXI, como la presencia de actores y actrices interpretándose a sí mismos o la representación de mujeres mayores en roles de resistencia, sugieren, eso sí, un incipiente avance hacia una representación más compleja y menos estereotipada, lo que encaja en el resultado de que los géneros más vistos –drama/comedia– otorgan más espacio para representar la complejidad del envejecimiento. En este sentido, sin embargo, el investigador de la cátedra Nebrija-L’Oréal en Comunicación, Imagen y Bienestar de la Generación Silver Belsilver, Sergio Rodríguez-Blanco, señala que “en las series y películas más vistas en España, nuestro estudio revela que apenas un 10% de los personajes mayores de 60 años pertenece a minorías racializadas, migrantes, LGBTIQ+ o con discapacidad. Si ya la ficción española apenas concede espacio a las personas mayores que no encajan en el perfil blanco, heteronormativo y de clase media, la diversidad de la sociedad la deja fuera”.
Pero, el camino hacia una representación plena y sin edadismo aún presenta retos significativos, por lo que se realizan recomendaciones sobre la diversidad de la experiencia de los mayores en España en los contenidos audiovisuales. Así, María José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch, sugiere que con este estudio se quiere dar visibilidad a la “longevidad positiva” y al “envejecimiento activo”, que son realidades que ya se dan en todos los países del mundo. Y también potenciar que se trata de una etapa donde se sigue aprendiendo y donde se siguen desarrollando muchas actividades con un impacto muy positivo tanto en la salud física como en la emocional. Y que para ello “es imprescindible contar con la Familia y en especial con los jóvenes”. Por tanto, es necesario que el cine y la televisión, como “espejos culturales”, evolucionen para ofrecer una imagen más inclusiva, realista y enriquecedora de la vejez, desafiando prejuicios y normalizando la heterogeneidad.
En un país como el nuestro, que en 2030 tendrá una esperanza de vida de 83,1 años y el 30% de la población será mayor de 60 años, este trabajo anima a los creadores de contenidos a retratar los vínculos intergeneracionales que ayudan al intercambio de valores y conocimientos, promover representaciones donde se visibilice su situación familiar en esta época de cambio y el bienestar como resultado de su contribución social.