Gipuzkoa pone en marcha una vivienda en Donostia para la vida independiente de las personas con discapacidad

Un momento de la visita de Eider Mendoza y Maite Peña a las instalaciones de la vivienda en el barrio de Txomin-Enea, en Donostia-San Sebastián.
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha puesto en marcha, recientemente, una vivienda en el barrio de Txomin-Enea, en Donostia-San Sebastián, destinada a la experimentación del modelo de vida independiente para personas con discapacidad. Desde su apertura, la vivienda ha acogido a tres personas usuarias y, en breve, comenzará la experiencia de la cuarta persona.
La diputada general, Eider Mendoza, y la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, que visitaron la semana pasada sus instalaciones, se reunieron con miembros de Elkartu, entidad encargada de la gestión de la vivienda, una de las personas usuarias de la vivienda y con las personas asistentes, quienes han trabajado durante estos nueve meses de prueba piloto.
La vivienda, financiada por la Diputación de Gipuzkoa, ha contado con un presupuesto de 112.901 euros para dotarla de ayudas y la domótica necesaria para que sea totalmente accesible. Además, el departamento tiene un convenio con Elkartu, por un importe de 38.883,45 euros anuales.
En un momento en el que la emancipación de las personas jóvenes y las posibilidades de acceder a una vivienda se han convertido en desafíos sociales e institucionales de primer orden, Mendoza ha advertido de que “no nos podemos olvidar de otros grupos de ciudadanos y ciudadanas que deben salvar diversos obstáculos para tener una vida independiente”, entre quienes ha citado a las personas con discapacidad. “Para la autoestima, la realización y el bienestar personal, para sentirnos bien con una misma y desarrollar un proyecto de vida, es muy importante contar con la oportunidad de vivir de forma independiente. Mediante este recurso innovador, queremos desarrollar las condiciones para generar esas oportunidades”, ha destacado la diputada general.
PASO PREVIO
Antes de dar el salto definitivo a la vida independiente, esta innovadora vivienda servirá de “estadio anterior”, ofreciendo a las personas con discapacidad la posibilidad de “experimentar y adaptarse” a una situación nueva para ellas, combinando “el cuidado personalizado, la protección, la intimidad personal y la autonomía”. “Gipuzkoa es un territorio que combate las desigualdades sociales y avanza en el bienestar integral de todas las personas. Para avanzar en esa tarea, contamos con dos grandes fortalezas en nuestro territorio. El primero, colaborar estrechamente con agentes sociales como Elkartu, y el segundo, responder de forma innovadora a los desafíos sociales”, ha añadido Mendoza.
La vivienda es accesible y está equipada con los recursos tecnológicos y productos de apoyo necesarios para garantizar la autonomía personal. De esta forma, las personas usuarias tienen la oportunidad de experimentar, de manera temporal, el modelo de vida independiente, con el apoyo necesario, especialmente de asistencia personal, así como el asesoramiento e intervención social necesarios para asegurar la viabilidad futura de un proyecto definitivo de vida independiente.
El proyecto incluye un periodo inicial de dos meses para la valoración de capacidades, identificación de necesidades y activación de los recursos necesarios (PEAP, ayudas para la vida independiente, ayudas técnicas, etc.). Una vez la persona se instala en la vivienda, la estancia es de cuatro meses, y posteriormente se realiza un seguimiento y asesoramiento de seis meses.
PERFIL DE LAS PERSONAS RESIDENTES
Los perfiles de las personas usuarias se analizan de manera conjunta entre el departamento y Elkartu y no se aplica copago. El proyecto está dirigido a personas con discapacidad física y capacidad de decisión que puedan provenir de alguna de las siguientes situaciones o contingencias: personas que residen en centros residenciales y que tienen potencial para un proceso de desinstitucionalización; personas que viven en su domicilio, recibiendo atención y apoyo de su entorno familiar; personas que utilizan el recurso de respiro, mediante una estancia temporal en un centro residencial; o personas con discapacidad física sobrevenida que se encuentran en un proceso de adaptación a una nueva realidad.
Además de cumplir con los perfiles mencionados, las personas que participen en el proyecto deberán cumplir las siguientes condiciones: estar empadronadas en Gipuzkoa; tener entre 18 y 65 años, priorizando a las personas más jóvenes que estén dispuestas a establecer las bases de un proyecto de vida independiente y emancipación; tener una valoración de discapacidad física superior al 33%, priorizando a aquellas con un porcentaje de discapacidad mayor debido a las dificultades adicionales que enfrentan para iniciar un proyecto de vida independiente; y tener una valoración de dependencia de al menos grado I, priorizando a aquellas con un grado de dependencia mayor, ya que enfrentan mayores dificultades para iniciar un proyecto de vida independiente.