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El sector se muestra prudente ante la administración de una tercera dosis de la vacuna en residencias

Aunque las medidas que se tomarán sobre la inmunidad en los centros de mayores todavía son una incógnita, los representantes de la SEGG, Grupo Social Lares, CEAPs, Aeste, Pladigmare y LaPlataforma transmiten a este periódico sus impresiones sobre este tema

M.S. / EM 14-09-2021

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Borja Puig de la Bellacasa

Entremayores habla con el sector para conocer qué opinan sobre la posible inoculación de una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19 en residencias, algo que por el momento no valora el Ministerio de Sanidad, cuya  Comisión de Salud Pública sí acaba de anunciar, esta semana, el visto bueno para administrar una dosis adicional de la vacuna a algunas personas en situación de grave inmunosupresión –en las que existe un riesgo elevado de que se produzca una respuesta inmune inadecuada a la pauta convencional de vacunación–.

Por el momento, y aunque las medidas que se tomarán en las residencias todavía son una incógnita, los representantes de seis entidades implicadas en la atención a las personas mayores transmiten a este periódico sus impresiones sobre este tema.


SEGG
“En las residencias se afronta un aumento de casos de contagios debido, especialmente, a la variante delta, contagios que se producen también en el interior de las mismas por la relación con familiares y con los trabajadores. A pesar de que prácticamente el 100% de los residentes están vacunados, se enfrentan a una mayor susceptibilidad de ser contagiados”, expone el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Augusto García Navarro. Asimismo, añade que también hay que tener en cuenta que” los buenos efectos de la vacunación han provocado un optimismo que, finamente, ha demostrado ser falso. Probablemente eso ha ocasionado cierta relajación en medidas de protección que son imprescindibles y que hay que mantener estrictamente como una sectorización estricta, una utilización correcta de EPIs, y también una detección precoz de síntomas, etcétera”.

García Navarro es optimista en cuanto a si la administración de una tercera dosis de la vacuna podría ser garantía para evitar que los centros vuelvan a enfrentarse a situaciones tan duras como las vividas en las dos primeras olas. En cualquier caso, muestra su cautela al declarar que “desde la SEGG, por el momento, recomendamos mucha prudencia a la espera de los resultados de los estudios científicos. Hay que resolver aspectos como cuándo habría que ponerla, qué dosis habría que poner, si se pueden combinar diferentes tipos de vacunas en el recuerdo. Tendremos que seguir el criterio de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el Ministerio de Sanidad y las Agencias de Salud Pública autonómicas”.

Finalmente, el presidente de la SEGG opina que, frente a la situación que vivimos actualmente, “la clave está en no olvidar que el virus existe y las medidas de protección se deben aplicar de forma estricta. Los centros no pueden olvidar que hay que aplicar de forma rígida las medidas de protección frente a este virus”.

GRUPO SOCIAL LARES
“Seguimos defendiendo la vacunación obligatoria para todas las personas que mantienen una relación profesional con los centros residenciales pero, también, apelamos a la solidaridad de todos ellos para lograr juntos la tan ansiada inmunidad de grupo en nuestros hogares”, señala contundente Juan Vela. El repunte de agosto, tanto en contagios como en defunciones en las residencias, opina, “ha puesto en el punto de mira a las personas que desarrollan su labor profesional en estos centros y que, por diversas razones, no han querido vacunarse”.

En cuanto a la posibilidad de que, de cara a este otoño, sea necesario inocular una tercera dosis de vacuna a determinados grupos de riesgo, el presidente de Grupo Social Lares valora que “si así lo avalan las autoridades científicas y médicas, habrá que llevar a cabo y plantear, de nuevo, una estrategia de vacunación con los objetivos y calendario perfectamente definidos. Nosotros no nos opondremos a cualquier medida que represente un avance en la lucha contra la Covid-19. Sin olvidar seguir adelante con aquellos protocolos que ya se han demostrado eficaces como el uso de la mascarilla, el gel desinfectante o la distancia interpersonal”.

Durante la primera fase de la pandemia, recuerda Vela, “los mayores fueron sometidos a una soledad no deseada que supuso dolor, ansiedad y miedo. Y no queremos que medidas injustas de este calibre vuelvan a repetirse. No entendemos que la justicia tumbe medidas que solo buscan minimizar los riesgos de contagio en un sector de la población que, de contraer la enfermedad, puede acabar falleciendo. La solución pasa por que la Administración elabore una legislación clara al respecto, que obligue de forma homogénea a todas las comunidades autónomas. Tras la vacunación, el único método para saber si el virus puede entrar en las residencias es mediante la realización de pruebas diagnósticas a todo aquel que desempeñe una relación laboral con estos centros. Solo así se consigue identificar a los asintomáticos y se evita, por tanto, un contagio entre los residentes”.


CEAPS
“Han transcurrido nueve meses desde que se inmunizó al primer grupo y necesitamos saber si una posible pérdida de eficacia de la vacuna está detrás de los últimos brotes ocurridos en los centros”, apunta la presidenta de CEAPs, Cinta Pascual, para quien “la quinta ola ha demostrado que había gente que no mantenía su inmunidad, lo que ha ocasionado que se produjeran defunciones en los centros residenciales”.

El Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia reclamaba recientemente al Gobierno que aplicase las recomendaciones de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y considerase administrar la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus a las personas mayores que viven en residencias, “ya que la mayoría de ellas presenta un sistema inmune debilitado”. 

Y es que desde esta entidad lamentan que, en lugar de escuchar las reivindicaciones del sector de personas mayores, “el Gobierno solo se plantee la posibilidad de administrar esa tercera dosis a personas inmunodepresivas por un trasplante de órganos o pacientes oncológicos, cuando, según los datos que maneja la patronal, el perfil de las personas mayores en las residencias es el de persona muy dependiente, de más de 85 años, con más de tres enfermedades activas y que consumen más de siete medicamentos diarios”. 

Además de la necesidad de suministrar una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19, la entidad insiste en reclamar que se realice un estudio de seroprevalencia para conocer, de manera real y actualizada, el grado de inmunidad alcanzado entre las personas mayores en centros residenciales, tanto públicos como concertados y privados.

AESTE
“Hemos trabajado mucho en concienciar a las familias, a los propios mayores y a los trabajadores”, recuerda a este periódico Jesús Cubero, secretario general de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste). “La implicación de las trabajadoras del sector, las medidas implementadas en todas y cada una de las residencias y la vacunación generalizada del personal y de las personas mayores que viven en nuestras residencias han dado como fruto que tengamos la situación muy controlada”.

Así las cosas, Cubero expresa que “ahora mismo podemos decir, sin equivocarnos, que una persona mayor está mucho más segura en una residencia que fuera de ella, ya que las medidas de higiene y control son mayores en nuestros centros”.

En lo que respecta a la administración de esa tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19, y de si esta se postularía como garantía para evitar nuevas complicaciones en los centros, desde Aeste se muestran claramente a favor: “Los últimos estudios científicos realizados por la compañía Pfizer y por el Ministerio de Sanidad de Israel avalan el alto grado de inmunidad que se consigue en las personas mayores gracias a la tercera dosis de vacunación. Ahora mismo el ministerio ya ha aceptado la vacunación para personas inmunodeprimidas, y en el plazo de un mes autorizarán la tercera dosis para los mayores que viven en los centros residenciales”, expone Cubero. “Si no se ha pautado ya, creo que se debe más a un problema logísitico del propio ministerio, porque todas las evidencias científicas apuntan a la conveniencia de dicha tercera dosis”.

Por último, en cuanto a las cuestiones que desde esta entidad consideran indispensables para no volver a poner en riesgo al colectivo senior frente al coronavirus, Cubero destaca que “hay que continuar con el excelente trabajo que estamos realizando. Debemos seguir con mucha concienciación, manteniendo las distancias de seguridad en los centros y fuera de ellos, utilizando la mascarilla de forma cotidiana, utilizando el gel hidroalcohólico, y lo más importante de todo: utilizando el sentido común”.

En su entrevista, el secretario general de Aeste lanza un último mensaje: “Como sociedad debemos ir aprendiendo a convivir con este virus que ha venido para quedarse entre nosotros hasta que se convierta en una enfermedad común más, como pueda ser la gripe”. 

PLADIGMARE
El presidente de la Asociación Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias (Pladigmare), Miguel Vázquez, valora que la situación que se vive actualmente en las residencias camina entre “la esperanzada y la alerta”. “Esperanzada porque el porcentaje de vacunación es alto y se está demostrando que está protegiendo a los mayores y que si se contagian es de una forma leve. Alerta porque aunque sea leve, dada las patologías de muchos de ellos, se puede complicar su estado y porque los brotes que están surgiendo en las residencias demuestran que no se están haciendo bien las cosas: los planes de contingencia, o no están hechos, o no se adaptan a la situación para evitar los brotes o detectarlos de una forma precoz. Alerta porque hay muchísimas residencias que, de una forma arbitraria, limitan más de lo establecido en los protocolos los derechos de los residentes a las visitas y a las salidas.

En lo que se refiere a esa tercera dosis de la vacuna, Vázquez apunta que “si seguimos pensando en la pandemia de una forma local, estrecha, dentro de no mucho nos podremos estar preguntando lo mismo respecto a la cuarta dosis, la quinta, etcétera. Tenemos un problema mundial, mientras no se vacune a la población mundial, podemos seguir teniendo necesidad de más dosis de la vacuna, los países que nos lo podemos permitir. Es una cuestión de solidaridad mundial, humana y de sentido común”. Y añade que “las farmacéuticas no deben pensar solo en su negocio, sino en la salud. Hay que facilitar la vacunación en los países menos desarrollados, si es preciso de una forma gratuita. Se necesita pensar como humanidad, no como avaros que solo miran su bolsillo”.

Además, el presidente de Pladigmare considera esencial la formación en pandemias, en utilización de los equipos de protección individual, de los trabajadores”. Y concluye que en las residencias “hay que cambiar el modelo: No pueden ser macro residencias. Tiene que haber una coordinación real y efectiva con los servicios de salud pública, con acceso e intercambio de información sobre la salud de los residentes entre ambas partes. . Es preciso más personal; se tienen que cambiar las ratios y se deben establecer pensando solo en la atención a los mayores. Hay que establecer ratios por puestos de trabajo y turnos, para poder dimensionar las plantillas y que no falte personal en vacaciones, fines de semana, festivos, epidemias...”.

LAPLATAFORMA
Opina el presidente de LaPlataforma, Paulino Campos, que “la situación sigue siendo crítica en las residencias porque permanecen los cuatro parámetros que han provocado la hecatombe en los centros, y tres de ellas estaban presentes antes de la pandemia: la vulneración de los derechos humanos de los mayores, de los derechos laborales de las trabajadoras; y de las normativas vigentes que regulan el funcionamiento de los centros residenciales y los servicios sociales”. La cuarta, añade, “es evidente: aún con la vacunación masiva, no hemos logrado acabar con la amenaza del virus.

Dobre esa tercera inoculación de la vacuna, y sucesivas, Campos asegura que “serán una garantía para toda la población, más evidentemente para aquellas personas mayores e inmunodeprimidas. En España, esa tercera dosis en residencias ya debería estar aprobada, como ya se adelantaron Israel, Reino Unido, Francia, Alemania o EE UU”.

Evidentemente, todavía con esa dosis, señala el presidente de LaPlataforma, “nada será igual a las experiencias dramáticas vividas en los geriátricos en 2020, cuando no existía la vacuna. La ciencia nos ha rescatado de una tragedia soberana, planetaria. Ahora necesitamos que prime el sentido común sobre la especulación, el negocio, la avaricia y la insolidaridad”. Y coincide con Miguel Vázquez, su homólogo de Pladigmare, al declarar que “la prioridad absoluta tiene que ser la vacunación global. Todavía uno de cada tres adultos mayores de 18 años en la Unión Europea no tiene la pauta completa, el 40% de la población mundial ni se ha vacunado la primera dosis, y sobre África solo se sabe que no ha podido vacunar ni siquiera al 5% de su población. Sin una gestión planetaria sólida, los virus y bacterias nos van a poner en jaque continuamente”.

Sobre las recomendaciones de cara a no volver a poner en riesgo a los senior, Campos resalta que “se tiene que imponer la ética y ante todo se tienen que respetar los derechos de los ciudadanos, sobre todo los derechos de las personas mayores y las trabajadoras, el derecho a una vida y a un trabajo dignos; y esto  no está garantizado en nuestro actual modelo residencial”.


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