La campaña de la renta de este año ya ha dado el pistoletazo de salida. Por un lado están quienes harán la declaración por primera vez, les asaltarán las dudas y el estrés propios de la falta de experiencia. Por el otro, los mayores, que con más recorrido frente al Fisco, no deben olvidar repasar las deducciones específicas de las que beneficiarse.

Sin embargo, a pesar de llevar años y años haciendo la declaración, ¿son concientes las personas mayores de 65 años de todos los aspectos clave que han de tener en cuenta a la hora de rendir cuentas a Hacienda?

Pues bien, en medio del conflicto por las pensiones, hay personas mayores que con el dinero de estas prestaciones sufren calamidades para llegar a fin de mes, por lo que se ven obligados a buscar una vía adicional de ingresos.

Una de ellas es la conocida como hipoteca inversa, con la que personas jubiladas pueden recibir una renta vitalicia a cambio de  hipotecar su vivienda. La deuda va aumentando y no será exigible hasta que fallezca el contribuyente. No obstante, son muchos los que desconocen que esta renta no está sujeta a la Ley del IRPF y descartan esta opción por miedo a tener que pagar algún impuesto por ella. De hecho, todas las ganancias que obtienen los mayores de 65 años por la transmisión de elementos patrimoniales, ya sean inmuebles, coches, etcétera, estarán libres de impuestos si se destinan en el plazo de seis meses a constituir una renta vitalicia, siempre que no superen los 240.000 euros. Es decir, asegurarse de contar con ingresos para toda la vida no supone un problema frente a Hacienda.

Por otra parte, los mayores de 65 años deben saber que las ganancias patrimoniales que obtengan por la venta de su vivienda habitual están exentas del pago de IRPF. En este caso, no se exige que los ingresos se destinen a una renta vitalicia o a cualquier otro producto concreto, sino que se puede disponer de ese dinero para lo que uno quiera, como comprar una nueva casa frente al mar.

De igual modo, la Agencia Tributaría no se olvida de quienes estén viviendo en una residencia, ya que las ayudas públicas para la acogida de personas mayores de 65 años para financiar su estancia en un asilo también están exentas. Además, es importante recordar que a partir de esa edad, la cantidad de dinero considerada renta mínima vital y que está por tanto libre de imposición aumenta en 1.150 euros, hasta los 6.700 euros, cifra que vuelve a incrementarse alcanzados los 75 años, una edad en la que llegan a estar exentos de tributación hasta 8.100 euros.
Por último, los mayores deben tener muy en cuenta su comunidad de residencia, puesto que muchas de ellas han aprobado deducciones que benefician a los mayores de 65 años o a las personas con discapacidad, ya sea directamente en su declaración o a través de la de sus hijos si viven con ellos.

Así, con todo esto, no sobra decir que antes de hacer la declaración de la renta hay que estar bien informado y conocer todas las deducciones de las que beneficiarse, porque nunca se es muy mayor para pagar menos a Hacienda.