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Estelle Hutchet - RESPONSABLE DE PROYECTOS Y CAMPAÑAS DE AGE PLATFORM EUROPE

'Con AgeingEqual quisimos recordar que los derechos humanos no disminuyen con la edad'

Entrevistamos a Estelle Hutchet sobre sus funciones en AGE Platform Europe, una organización que trabaja con todos los países miembro de la Unión Europea por el bienestar de los mayores del continente

A. Lemos 11-02-2019

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Estelle Hutchet.

Pregunta.- AGE Platform Europe es una red de organizaciones sin ánimo de lucro por y para personas mayores de 50 años. ¿Cuál es su misión? 
Respuesta.- El objetivo de AGE es defender los derechos humanos en la vejez: se trata de las personas mayores de hoy y las de mañana, cuando envejezcan. AGE trabaja a nivel europeo para expresar las necesidades, preocupaciones y preferencias de las personas mayores en los temas que más les preocupan. 

Abarca desde políticas socioeconómicas (como vivir con un ingreso adecuado en la vejez o acceder a servicios de atención de calidad) hasta la promoción de entornos amigables con la edad y un enfoque preventivo y de ciclo de vida para los problemas de salud.

Nuestra máxima es garantizar que todos podamos envejecer con dignidad y en igualdad de derechos para participar en la sociedad.

P.- La plataforma finalizó, recientemente, la campaña #AgeingEqual, de sensibilización sobre el envejecimiento. Cada semana durante 70 días, el tema era diferente: género, orientación sexual, religión o migración fueron algunos de ellos. ¿Qué balance haría? 
R.- Esta campaña fue la primera de su tipo en Europa. El término inglés ageism (edadismo) fue acuñado por primera vez en 1969, hace 50 años. Basándonos en la oportunidad única que supone el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con #AgeingEqual quisimos recordar que los derechos humanos no disminuyen con la edad.

Durante diez semanas, observamos el envejecimiento desde diferentes perspectivas, cruzando la discriminación por edad con otras discriminaciones. La campaña nos permitió aumentar nuestra comprensión del envejecimiento como un proceso generalizado e incorporado a nuestro lenguaje, instituciones, leyes y políticas, pero también como un fenómeno discriminatorio con efectos tangibles y dañinos en la vida de las personas. Estas consecuencias son aún más perjudiciales cuando los mayores son también víctimas de sexismo, racismo, capacitismo, homofobia, etcétera.

Además, no solo aprendimos sobre el envejecimiento, sino que también comenzamos a tomar medidas contra él: compartiendo buenas prácticas e iniciativas, reflexionando sobre las ideas estereotipadas sobre la edad avanzada y dándonos cuenta de nuestras actitudes edadistas.

Todavía hay un largo camino por recorrer, pero la campaña ha ayudado a sembrar conciencia de que seguramente todos experimentemos la discriminación por edad. Desarrollada en colaboración con otras asociaciones, la campaña nos permitió sensibilizar a otros colectivos, inspirándolos a pensar en los mayores de sus comunidades.
Con comunidad de activistas antiedadistas en crecimiento, federamos nuestros esfuerzos para concebir la edad avanzada de una nueva forma y comenzar a cambiar las narrativa sobre el envejecimiento. Todo esto es muy necesario.

P.- En la Unión Europea hay más de 200 millones de personas de más de 50 años. ¿Qué necesidades tienen? ¿Cuán importante es el problema del edadismo en Europa? 
R.- Con 200 millones de ciudadanos mayores de 50 años en la Unión Europea, se puede entender fácilmente que este no es un grupo homogéneo. 

En primer lugar, debemos recordar que los mayores de 50 años pertenecen a un grupo que abarca a personas de 50 a 90 años (y, en ocasiones, incluso más edad). Es una brecha tan amplia como el rango de edad entre los niños de 5 años y los adultos en edad laboral de 45 años. Dicho esto, no debe sorprender que las preferencias, los estilos de vida y las necesidades de apoyo de las personas mayores de 50 años sean muy diversas. Es  evidente que, a medida que pasan los años, las experiencias de la vida se acumulan e influyen en la forma en que envejecemos: un trabajador de la industria metalúrgica envejecerá de manera diferente a un gerente que ha estado trabajando detrás de una computadora toda su vida profesional. Y esto es solo un ejemplo.

A pesar de esta gran diversidad en la vejez, seguimos pensando en los adultos mayores de una manera estereotipada, una forma envejecida. Alrededor del 42% de la ciudadanía europea considera que la discriminación hacia la vejez está “muy” o “bastante” generalizada en su país. Este es un tema global y muy tóxico que debemos abordar de manera colectiva si queremos poner fin a los efectos que el envejecimiento tiene en nuestra salud, nuestras oportunidades para la inclusión social y el sentido de autonomía y autoestima.

P.- Gran parte del trabajo de AGE tiene que ver con las políticas y su desarrollo. En las instituciones de la Unión Europea (Parlamento, Comisión, Consejo), ¿cuán tenidas en cuenta son las personas mayores? 
R.- El reciente informe de la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA, 2018) de la Unión Europea subraya que “en el marco legal de la Unión Europea, las referencias explícitas a derechos fundamentales de las personas mayores son bastante escasas”. El primer gran paso tuvo lugar con el Tratado de Lisboa en 2007, que hizo que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea fuera legalmente vinculante.

En lo que respecta a medidas legislativas concretas, la Unión Europea ha limitado hasta ahora su ámbito de acción al mercado laboral con la Directiva de Igualdad en el Empleo, que introdujo por primera vez el criterio de la edad como un motivo improcedente de discriminación. Desde entonces, la Unión Europea trabaja, principalmente, mediante iniciativas más flexibles, como el apoyo a las organizaciones que representan a las personas mayores (AGE se financia, en parte, con una subvención de la Comisión Europea) o la financiación de proyectos de investigación e innovación relacionados con el envejecimiento.

A nivel nacional, observamos que la mayoría de los Estados miembro de la Unión Europea no tienen legislación contra la discriminación por edad en el acceso a bienes y servicios. El borrador de la Directiva Horizontal de la Unión Europea, que extendería la legislación contra la discriminación –incluyendo a las personas mayores en ámbitos como la protección social, la seguridad social, la asistencia médica, la educación y el acceso a bienes y servicios–, fue bloqueada por el Consejo de la Unión Europea en 2008.

P.- Dentro de poco, AGE Platform Europe celebrará la mayoría de edad. En su opinión, ¿cuál ha sido el mayor logro y por qué?
R.- En 2001, nadie hablaba sobre el envejecimiento, y el próximo 29 de abril se celebrará el décimo aniversario del Día Europeo de Solidaridad entre Generaciones, que AGE lanzó en 2009 para concienciar sobre la importancia de la solidaridad intergeneracional, mejorar la cohesión social y abordar el envejecimiento demográfico. Este es uno de los muchos logros de nuestra red.

Sin embargo, todavía estamos emprendiendo este viaje: un tercio de los 8.500 homicidios anuales de personas mayores en Europa sigue siendo el resultado del maltrato hacia las personas mayores. Y esto es solo la punta del iceberg. Necesitamos pedir a los Gobiernos y las empresas que hagan su parte, pero tal discriminación generalizada requiere mucho más que las instituciones tomen  posición. Debe ser un esfuerzo constante y colectivo para desafiar nuestros propios estereotipos y actitudes.

P.- ¿Algún proyecto para este año que pueda ir avanzando? 
R.- A la luz de los desafíos anteriores, 2019 volverá a ser un año ajetreado para AGE. Obviamente, mantendremos una adhesión constante al curso establecido durante el año pasado: el 50 aniversario del término “edadismo”, empleado por primera vez en 1969 por Robert Butler, un médico y autor estadounidense, será la ocasión perfecta para revitalizar nuestra defensa por el respeto de los derechos humanos y la dignidad en la vejez.

Además, haremos campaña por una sociedad que incluya a todas las edades en el marco de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de mayo, y supervisaremos desde cerca el nombramiento de una nueva Comisión en otoño.

También asistiremos al décimo período de sesiones del Grupo Abierto de las Naciones Unidas sobre el Envejecimiento (OEWG, por sus siglas en inglés), que este año tratará la protección social, la educación, el aprendizaje permanente y el desarrollo de capacidades. Será la oportunidad perfecta para examinar junto a nuestros socios internacionales cómo desarrollar más narrativas positivas sobre la edad avanzada y explorar más a fondo la posibilidad de una convención de las Naciones Unidas para los derechos humanos en la vejez.

Asimismo, basándonos en las estadísticas de la Unión Europea y las evaluaciones cualitativas recibidas de nuestros miembros, AGE lanzará la primera parte de su barómetro para aumentar la visibilidad de la situación de los derechos de las personas mayores en toda la Unión Europea.

Y por último, como es de esperar, estaremos atentos a las negociaciones relacionadas con el retiro del Reino Unido de la Unión Europea (brexit) y su impacto en los derechos de las personas mayores.


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