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Germán Gutiérrez / Director de Integrated Health Solutions en Medtronic Ibérica y coordinador de Activage

'Nuestro objetivo es que los servicios que mejor funcionen continúen una vez finalizado el proyecto'

Emma Vicente EM 10-04-2017

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Pregunta.- ¿Qué es Activage y cómo surge la idea de poner en marcha esta iniciativa?
Respuesta.- Activage es un proyecto europeo que nace de la necesidad de demostrar que las tecnologías del ‘Internet de las Cosas’ tienen la capacidad de mejorar la calidad vida de nuestros mayores, garantizando un envejecimiento activo y saludable.
Para ello, el proyecto se compone de nueve iniciativas a nivel local en siete países (España, Finlandia, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Grecia), donde se desarrollarán y probarán tecnologías y servicios en usuario mayores con el objetivo de aprovechar el conocimiento generado en países de toda Europa.
El proyecto tiene una duración de 42 meses, y en él participan más de 50 instituciones de diferente índole a nivel europeo: industria, organizaciones públicas, universidades centros de investigación y pequeñas y medianas empresas, entre otros.

P.- Por un lado, con esta iniciativa quieren evidenciar que el ‘Internet de las Cosas’ mejora la calidad de vida, la salud, el bienestar y la independencia de las personas mayores. ¿Qué significa esto?
R.- El ‘Internet de las cosas’ es un concepto que consiste en la interconexión de los objetos cotidianos que tenemos a nuestro alrededor a través de Internet. De este modo, creamos un entorno inteligente donde mediante diferentes dispositivos y sensores podemos medir y analizar parámetros que permitan actuaciones para mejorar y prolongar la autonomía de las personas mayores.
Además, uno de los puntos clave de este proyecto es la generación de indicadores, es decir, medir los resultados. Solo a través de estos indicadores podremos demostrar que la intervención a través de la tecnología de ‘Internet de las Cosas’ en la vida diaria de las personas mayores produce realmente resultados positivos en su calidad de vida, lo que contribuiría a que este tipo de servicios sean contratados y ofrecidos por administraciones públicas y servicios privados.

P.- A su vez, Activage pretende demostrar que trabajar sobre estas nuevas tecnologías supondría un nicho económico, poco explorado aún, como motor de desarrollo empresarial y crecimiento laboral. ¿Tienen ya una previsión de lo que esto podría suponer?

R.- Si tenemos en cuenta las perspectivas en Europa respecto al envejecimiento de la población, realmente estamos hablando de un nicho muy importante. El grupo de edad de +65 años pasará en Europa del 18% actual al 28%, en 2060, y la tecnología también tiene que cubrir las necesidades de este grupo de población. Si, además, le sumamos que se calcula que en 2020 haya hasta 30.000 millones de dispositivos conectados a ‘Internet de las Cosas’ tenemos unas perspectivas muy buenas por delante y mucho camino por explorar.

P.- ¿Cómo ha sido el proceso de selección –si lo hubo–, o el proceso de conseguir integrar diversas soluciones respaldadas por entidades públicas y privadas? ¿Por qué estas soluciones y no otras?

R.- A la hora de seleccionar las organizaciones y soluciones que formarían este proyecto, se buscaron aquellas soluciones con un alto nivel de desarrollo e incluso aquellas que ya estuvieran testándose independientemente en algunos países. Con este enfoque conseguimos acelerar el proceso de preparación de los pilotos y comenzar la fase de demostración en menos de nueve meses; en septiembre de 2017, los nueve estudios pilotos ya estarán funcionando e involucrarán a unos 7.200 usuarios y más de 43.000 dispositivos de ‘Internet de las Cosas’.

P.- Este proyecto representa, de una manera fehaciente, la toma de conciencia sobre la necesidad de afrontar los grandes retos que suponen la longevidad y el envejecimiento de la población, desafíos que afectan a todos los países que participan. En todo caso, los resultados que se obtengan, ¿serán extrapolables de un país a otro?
R.- Este es uno de los puntos fundamentales del proyecto. La Comisión Europea no buscaba desarrollar siete proyectos en siete países distintos sino un solo proyecto que integrará a distintos países. Por supuesto, hay que tener muy en cuenta las características de cada lugar. El enfoque que le hemos dado en Activage consiste en probar cada caso de uso en varios países. Demostrar que los servicios funcionan y aportan valor, para que después estos puedan ser replicados en otros países. Algunos de estos países serán los que ya tenemos dentro del proyecto (Italia, Francia, España, Alemania, Finlandia, etcétera) pero tenemos en mente ampliarlo también a otros países de, por ejemplo, Europa del Este.

P.- Una vez alcanzada la recta final, pasados esos tres años y medio que durará este proyecto, y con los resultados en la mano, ¿qué es lo que se pasará? ¿Cómo se traducirá, en la práctica, lo conseguido, o de quién dependerá que esto tenga una salida real?

R.- Nuestro objetivo es que los servicios que mejor funcionen continúen una vez finalizado el proyecto europeo. Activage cuenta con un fondo de 1,5 millones de euros para generar estas primeras contrataciones con empresas ajenas al proyecto. Es decir, nosotros definimos los servicios, probamos cuáles funcionan mejor y después cualquier empresa puede presentar sus propuestas en un proceso abierto de contratación. El punto clave es aprovechar el proyecto para generar evidencia y herramientas para que las administraciones públicas puedan continuar contratando este tipo de servicios y ofrecerlos a sus ciudadanos, porque tienen un impacto en la calidad de vida importantísimo y no tienen por qué ser caros.


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