PREGUNTA.- Estamos en la era de los asistentes de voz, tanto en nuestros smartphone como en los hogares. La Inteligencia Artificial (IA) nos permite realizar muchas labores sin usar las manos, lo que facilita la vida de personas mayores o con alguna dependencia. ¿Serán estos ‘mayordomos virtuales’ cada vez más habituales y omnipresentes en nuestras vidas? 

RESPUESTA.- Todo indica que la voz va a ser la nueva interfaz que nos sirva para comunicarnos con las máquinas. Un informe de Globalwebindex de julio de este año arroja la cifra de que alrededor de la mitad de las personas de menos de 34 años ya utiliza el habla de forma cotidiana para manejar dispositivos digitales. En el caso de los mayores de 55, la cifra es también relevante, un 24%, es decir, casi la cuarta parte.

Nuestra relación con las máquinas inteligentes ha ido progresivamente acercando su lenguaje –su capacidad de entendernos– a cómo nos comunicamos. La tarjeta perforada llevó al teclado; los complejos lenguajes de programación pasaron a convertirse en intuitivos interfaces gráficos como Windows; y de las pantallas táctiles avanzamos hacia la voz, la manera más elemental que tenemos de intercambiar información entre nosotros los humanos.

En cuanto a los altavoces inteligentes, su llegada a España se produjo el año pasado y todavía es un mercado muy verde en nuestro país, pero se prevé un crecimiento importante de las unidades instaladas. La consultora Deloitte hablaba de un incremento de más del 60% en el mundo entre 2018 y 2019, que se centraría, especialmente, sobre los mercados menos maduros, es decir, aquellos no angloparlantes, pues en Estados Unidos y Reino Unido ya es un dispositivo bastante extendido entre la población.

El reto es que el asistente inteligente no se utilice como ahora, solamente para reproducir música o para escuchar las noticias o el parte meteorológico –funciones que podemos hacer hasta con el móvil–, y que toda la potencia de la Inteligencia Artificial se aplique a hacer nuestra vida más cómoda, por ejemplo, a través de la domótica. Hogares inteligentes en donde la luz, la temperatura ambiente, la seguridad, las persianas y hasta dotación de alimentos del frigorífico estén automatizados.

R.- Efectivamente, las encuestas realizadas para el informe Sociedad Digital en España de Fundación Telefónica destacan el uso del teléfono inteligente por parte de los mayores, por encima de los otros dispositivos. La mensajería instantánea –principalmente a través de WhatsApp– es de las aplicaciones favoritas de los mayores, pues casi el 90% de la población mayor de 65 años la usa. Otro de los usos que más ha aumentado en los últimos años, superando la mitad de los mayores encuestados, ha sido el realizar compras online. También destaca en este rango de edad el comunicarse por videoconferencia.

R.- Actualmente, los mayores de 65 años son el colectivo de edad que menos interactúa electrónicamente con la Administración, en gran medida por carecer de la cultura tecnológica y las habilidades digitales que tienen las generaciones posteriores.

Por otro lado, es cierto que la Administración está realizando un importante esfuerzo por digitalizar su funcionamiento con el fin de optimizar los procesos y, especialmente, la relación con el ciudadano, con el fin de ofrecer un mejor servicio. Por otro lado, la transformación digital alcanza a todos los sectores, y la necesidad de utilizar la tecnología con fluidez en nuestro día a día es cada vez es más patente. Pensemos en los bancos: las oficinas gradualmente van desapareciendo y la tendencia es realizar cualquier trámite a través de plataformas en Internet.

El objetivo que debemos marcarnos es que los mayores no sufran una brecha digital en este sentido, quedándose atrás con respecto al resto de la sociedad al no ser capaces de adaptarse a las formas de operar y relacionarse características de una sociedad en red.