Pilar Suárez / Psicogerontóloga ambiental y directora de I+D+i de IDEA Innovación y Desarrollo Asistencial
'Debemos centrarnos en ciudades que favorezcan la participación social, la movilidad y los espacios intergeneracionales'
Pregunta.- ¿De qué manera se dan la mano dos conceptos como el diseño ambiental y el arquitectónico cuando hablamos de construir espacios adaptadas a las necesidades de las mayores?
Respuesta.- El diseño arquitectónico debe ir de la mano del diseño de interiores en el ámbito del gerontodiseño. En Idea, como consultores gerontológicos formado por un equipo transdisciplinar, tenemos en cuenta a la hora de realizar proyectos para centros destinados a personas mayores, tanto el espacio del daily living, es decir, estancias similares a un hogar dentro del encuadre de una unidad de convivencia (cocina, salón, comedor, habitación y baños), como la interacción de la persona mayor con su entorno, en base a la señalética, la accesibilidad cognitiva, el wayfinding y el estudio de los atributos sensoriales como son el ruido, el olor, la luz, los colores, etcétera.
P.- Desde Idea Innovación son conocedores de estas demandas por parte de los senior: ¿cuáles son sus necesidades?
R.- Hemos realizado diferentes investigaciones de campo por medio de focus groups, para analizar las necesidades reales tanto de las personas mayores sanas, como personas mayores con algún tipo de deterioro cognitivo o físico. Las personas mayores sanas que acuden a vivir a un centro sociosanitario por algún tipo de necesidad física o social, demandan unidades de convivencia de pocas plazas, con estancias acogedoras, sensación de hogar alejadas del diseño hospitalario, compañeros con un estado de salud subjetiva similar, y con autonomía propia para la libre circulación (prepararse un café o un té en la cocina cuando lo deseen, echarse la siesta en un sofá, ver el fútbol con sus compañeros en el salón, etcétera). Por otro lado, diseñamos espacios para personas con deterioro cognitivo, en el que tenemos en cuenta la accesibilidad cognitiva de las personas con demencia para facilitar la libre circulación y la orientación en el espacio, además del análisis de atributos sensoriales que afectan a la aparición y mantenimiento de los trastornos de conducta en algunas personas con diagnóstico de demencia.
P.- ¿Qué características considera que debe cumplir una ciudad para que sea considerada amigable con los senior y les brinde las mismas oportunidades que al resto de grupos de edad?
R.- Gracias al análisis de las ciudades amigables con las personas mayores de la OMS, el objetivo central es crear ciudades que promuevan el envejecimiento activo y la prevención de la heteronomía. Gracias al análisis de las demandas, sabemos que debemos centrarnos en ciudades por supuesto accesibles basadas en los principios de diseño universal, que favorezcan la participación social, la movilidad, presencia de espacios intergeneracionales, facilidad de acceso a todos los recursos públicos de índole social y sanitario, y por supuesto, mejora de la accesibilidad en las viviendas de personas mayores, que en España, la mayoría de dichas viviendas, no cumplen los criterios de accesibilidad.
P.- ¿Qué pasos más urgentes deben darse en España de cara a caminar hacia esa accesibilidad plena con todas las personas?
R.- A nivel internacional, el primer paso que debemos dar, es crear ciudades amigables para las personas mayores, y gracias a la OMS, la mayoría de ayuntamientos están creando y poniendo en marcha soluciones y proyectos innovadores para la mejora de la interrelación de las personas mayores con el entorno urbano. El siguiente paso, en las próximas generaciones, debemos centrarnos en la creación de 'smart cities' o ciudades inteligentes. Este concepto hace referencia a ciudades interconectadas gracias a las nuevas tecnologías, que favorecen la comunicación, la sostenibilidad y eficiencia en recursos materiales y humanos para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
P.- Si hablamos de centros de mayores, estos también viven una transformación. ¿La irrupción de la Covid-19 está cambiando el concepto de residencia más tradicional? ¿Hacia dónde debe caminar el nuevo modelo?
R.- Desde Idea, llevamos diez años trabajando con expertos de índole internacional, en la definición y puesta en marcha de un nuevo modelo residencial, basado en la creación de unidades de convivencia con diseño hogareño, atención centrada en las necesidades unipersonales, la accesibilidad cognitiva y los atributos sensoriales. Claros ejemplos de nuestro concepto de hogar, son nuestra residencia de Foz en Lugo, Centro Bidealde en Navarra y diversos proyectos que tenemos en marcha. Con la interrupción del COVID-19, se ha hecho más visible las carencias de los centros residenciales en España, y por tanto, hay una clara necesidad de modificar el diseño de los centros, creando hogares sectorizados, aumentando el número de habitaciones individuales, modificando el modelo de atención, y eliminando progresivamente los centros despersonalizados.
P.- Precisamente están trabajando en un proyecto que están llevando a cabo en Navarra para la evaluación del diseño ambiental y arquitectónico en residencias para la prevención de la Covid. ¿Qué avances puede contarnos del proyecto?
R.- El proyecto, financiado por la Fundación La Caixa y Fundación Caja Navarra, tiene como objetivo general, delimitar cuáles son las características arquitectónicas y de diseño ambiental que deben cumplir los centros para la prevención de enfermedades respiratorias, y así, delimitar los parámetros necesarios para la construcción y diseño de los nuevos centros dentro de las nuevas normativas autonómicas. Estamos estudiando cómo el diseño arquitectónico y ambiental, además de factores como calidad del aire y temperatura, han afectado a la prevalencia de contagios. Además, analizamos el impacto biospsicosocial de la pandemia en las personas mayores. Como resultados preliminares podemos decir, que los factores de protección para la prevención de contagios en base al diseño de centros son la existencia de unidades de convivencia, mayor número de habitaciones individuales que dobles y capacidad de sectorización de espacios. Con respecto al impacto biopsicosocial, hemos detectado, debido al aislamiento, un empeoramiento en el estado cognitivo, afectivo y físico de la mayoría de las personas mayores.
P.- ¿Cómo imagina que serán las residencias del futuro en España?
R.- Las residencias del futuro y ya las del presente, son centros polivalentes de atención a personas mayores sanas y con algún tipo de patología, de carácter sociosanitario y ambulatorio y con estancias flexibles basadas en necesidades unipersonales. El modelo de atención debe estar basado en la historia de vida, elaborando un plan de atención y vida de cada persona mayor. El diseño debe estar centrado en la creación de unidades de convivencia de 15-18 plazas, con un 70%-80% de plazas individuales y con diseños hogareños de cada unidad para que cada persona se sienta como en casa.
P.- No podemos dejar de hablar de un fenómeno como es el de la soledad no deseada. ¿De qué forma puede ayudar el diseño de los entornos a paliar este fenómeno que tanto afecta a los mayores?
R.- Debemos en primer lugar diferencias soledad subjetiva, objetiva, y soledad deseada y no deseada. Debido al Covid-19, la soledad no deseada y subjetiva, ha aumentado de tal forma, que gracias a los datos estadísticos, sabemos que existe un aumento claro de la incidencia de trastornos afectivos como la ansiedad y la depresión en todos los grupos de edad. Además, el perfil de vivienda unipersonal en la actualidad más frecuente en España, es de una mujer, que vive sola y mayor de 80 años. Teniendo en cuenta por tanto estos dos aspectos, debemos incidir en la creación de espacios de participación social, facilidad de acceso a la interacción, creación de redes de apoyo informal y seguimiento personalizado de la soledad por medio de los servicios de atención comunitaria.