Miércoles, 17 de Abril de 2024 | Teléfono: 986 438 020
Atrás

Joaquim Borrás / Presidente de la Fundación Edad y Vida

'No podemos permitir de nuevo un modelo técnicamente perfecto que no podamos sostener'

"Debemos huir de los debates simplista y de los apriorismos", señala Borrás: "Estos días se hacen numerosos análisis y sugerencias sobre el camino que debería seguir la transformación del sistema que, a veces, pueden ser un poco sesgados olvidándonos de lo que es central: la persona"

Redacción EM 12-06-2020

COMPARTIR

Pregunta.- ¿Cuál debería ser el punto de partida para trabajar en la definición de esta ‘nueva era’ que se nos presenta en torno a los cuidados de larga duración?

Respuesta.- El punto de partida debería marcarlo la evidencia técnica y científica disponible. Debemos huir de los debates simplista y de los apriorismos, estos días se hacen numerosos análisis y sugerencias sobre el camino que debería seguir la transformación del sistema que, a veces, pueden ser un poco sesgados olvidándonos de lo que es central: la persona. Esperemos a tener los datos completos para analizar qué ha fallado, qué ha funcionado, dónde han estados los errores y dónde los aciertos. Una vez tengamos la imagen completa podremos cotejar esos datos con la evidencia científica disponible que, desde hace años, se está desarrollando en el sector. El objetivo es trabajar en modelos de planificación estratégica centrada en la persona, con servicios integrados y posibilistas. No podemos permitir de nuevo un modelo técnicamente perfecto que no podamos sostener.

P.- ¿Qué debilidades de nuestro sistema de atención, si es que las hubiese, han salido a la luz con esta crisis?

R.- La situación actual ha evidenciado algo que veníamos defendiendo históricamente desde Fundación Edad&Vida: los usuarios de los centros son personas con enfermedades y necesidades clínicas muy complejas. Además, los centros son y deben ser espacios de convivencia, por lo que hay otras necesidades que responder. ¿Cómo se conjuga todo esto? Aunque la Fundación Edad&Vida y diversas entidades llevamos bastantes años señalando que los centros residenciales ya no son un recurso para atender necesidades exclusivamente sociales (hace años los usuarios que acudían a los centros lo hacían principalmente por problemas relacionados con la falta de red social de apoyo y casi sin patologías sanitarias), es cierto que no se habían desarrollado adecuadamente mecanismos de colaboración entre los sistemas de atención social y sanitario que integraran la atención que se provee en los centros para responder de manera holística y eficiente a todas las necesidades de la persona. Por otro lado, es preciso reconocer que los centros residenciales, tal y como los conocíamos hasta ahora, han cumplido con un importante papel de desahogo del sistema público de atención sanitaria a nivel estatal, nunca reconocido económicamente (el personal de los centros atiende las necesidades sanitarias de los usuarios en la mayor parte de los casos evitando, de este modo, derivaciones al centro de Atención Primaria o a los hospitales y servicios de urgencias). No obstante, no estaban preparados para la aparición de una pandemia como la actual. Hacía falta personal sanitario especializado, productos de protección individual, medicamentos y kits terapéuticos especializados, posibilidad de modificar espacios para hacer aislamientos preventivos, etcétera. Aunque, seamos justos: nadie lo estaba. Hemos visto cómo se ha tensionado también el sistema hospitalario. Finalmente, hemos visto que existen dificultades para encontrar profesionales para trabajar en los centros, especialmente de profesionales altamente especializados como los que son necesarios para atender a estos usuarios. Es un sector, el de la atención gerontológica residencial, poco atractivo para el profesional de todos los niveles, tanto a nivel de remuneración económica como de reconocimiento social.

P.- Todas las miradas se han ido hacia las carencias, pero, ¿y las fortalezas de nuestro sistema?

R.- Habría que destacar, por encima de todo, a los profesionales de los centros residenciales de servicios sociales, de todas las categorías y funciones, sin excepción, como hacemos con el personal de los centros de salud, hospitales y sociosanitarios. Nos referimos a todos y cada uno de los trabajadores de múltiples y diversos perfiles profesionales. Gestores, directores, equipo técnico (médico, DUE, fisioterapeutas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, etcétera), equipo de base (gerocultores, limpiadoras, cocineras, personal de lavandería, conductores, recepcionistas, etcétera). No nos gustaría dejarnos a ninguno. Todos ellos han realizado un esfuerzo sobrehumano doblando turnos, encerrándose en los centros con los usuarios para evitar propagar el virus dentro y fuera del mismo o cuidando sin las medidas de protección necesaria, para no dejar desatendidos a los usuarios. Además de mantener la calidad del cuidado, en el confinamiento les ha tocado trasladar a esos usuarios el cariño y afecto que su entorno afectivo no ha podido hacer por no tener contacto con ellos. Sinceramente, esperamos que, una vez salgamos de la parte más crítica, se realice un reconocimiento a estos profesionales que vaya más allá de homenajes públicos (que son igualmente necesarios) y se centren en mejorar sus condiciones laborales (con bastante margen real de mejora).



Tlfno: 986 438 020 | contacto | aviso legal